La obesidad como problema socialun análisis de las prácticas alimentarias y de actividad física en hogares con y sin obesidad infantil
- María Isabel García Espejo Director
- Cecilia Díaz Méndez Co-director
Universidade de defensa: Universidad de Oviedo
Fecha de defensa: 12 de marzo de 2021
- Rodolfo Gutiérrez Palacios Presidente
- Adonina Tardón García Secretaria
- Manuel Javier Callejo Gallego Vogal
- Ma. Isabel García Arnaiz Vogal
- Luis Enrique Alonso Benito Vogal
Tipo: Tese
Resumo
La obesidad es uno de los principales problemas de salud en las sociedades modernas. Las fuentes de información disponibles muestran que ha aumentado a lo largo del mundo en las últimas décadas y que su presencia es mayor en los grupos de nivel socioeconómico más bajo. En España los datos reflejan la misma tendencia de crecimiento y distribución, y las últimas cifras disponibles revelan que cerca del 17% de la población adulta tiene obesidad y más del 10% de los niños y niñas (ENS, 2017). Los estudios más recientes señalan que la clave para su compresión se encuentra en las rutinas sociales donde han sedimentado los cambios ligados a la modernidad. Unos cambios que han transformado la forma de entender la salud, el cuerpo y que han situado el ideal de bienestar, y con él la actividad física y la alimentación, en el centro atención y el lugar para construir identidades y mostrarse ante los otros. Todos estos aspectos ponen de manifiesto que la obesidad, más allá de un problema de salud, es un problema social. Las principales líneas teóricas han planteado su estudio desde una perspectiva dicotómica: ¿la obesidad es resultado de “malos” comportamientos individuales o de “malas” condiciones estructurales? Unos, analizando las características y comportamientos desde una visión individualista y racionalista de la acción humana. Otros, analizando las condiciones estructurales que generan desigualdades de salud con una visión determinista de la acción en la que los sujetos son actores pasivos cuyo destino es controlado por fuerzas externas. A partir de las críticas y limitaciones de ambas perspectivas, se plantean las ventajas de las Teorías de las Prácticas Sociales como un nuevo enfoque que permite superar la dicotomía planteada entre acción individual-estructura entendiendo la práctica como nexo entre ambas, situándola como la unidad básica de análisis y dotándola de herramientas para su estudio empírico. Esta tesis doctoral, adoptando esta perspectiva teórica, tiene por objetivo indagar en el proceso que conduce a la obesidad infantil a través del análisis de las prácticas alimentarias y de actividad física, y de los factores sociales que favorecen o dificultan la participación y el compromiso de los individuos con ellas. Se comparan, desde una metodología cualitativa, dos grupos de hogares: hogares con niños obesos y hogares sin niños obesos. Se han realizado 30 entrevistas en profundidad semiestructuradas a hogares de diferentes niveles socioeconómicos. Las principales conclusiones muestran complejas relaciones de colaboración y competición entre prácticas que, junto con las experiencias personales, aprendizajes, conocimientos y recursos, afectan al grado de compromiso de los individuos con la alimentación y la actividad física e imprimen diferencias en los estilos de vida. Unas relaciones que, además, requieren de la coordinación entre individuos dentro del hogar. Estos resultados ofrecen una contribución novedosa sobre los aspectos en los que las políticas públicas podrían intervenir para establecer o romper vínculos entre prácticas, o para sustituir aquellos elementos -materiales, competencias y significados- que inclinan las prácticas hacia configuraciones menos saludables por otros que tengan mejores resultados y las conviertan en más atractivas para los individuos o grupos.