Clínica ansioso-depresiva y calidad de vida en la enfermedad de parkinson

  1. CHUQUILÍN ARISTA, FANY
Dirigida por:
  1. Manuel Menéndez González Director

Universidad de defensa: Universidad de Valladolid

Fecha de defensa: 26 de noviembre de 2020

Tribunal:
  1. Esther Cubo Delgado Presidente/a
  2. Juan César Álvarez Carriles Secretario
  3. Diego Santos García Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por presentar tanto sintomatología motora como no motora, destacando de este último grupo los síntomas neuropsiquiátricos. Los pacientes con enfermedad de Parkinson tienen un aumento en la prevalencia de patología ansioso-depresiva, aunque los valores varían según diversos estudios. Además, al considerar la enfermedad de forma global se puede valorar de forma adecuada la repercusión en la calidad de vida del paciente. Objetivos: Establecer la prevalencia de la clínica ansioso-depresiva en los pacientes con enfermedad de Parkinson inscritos en la “Asociación Parkinson Asturias” a Marzo 2017 y su relación con diversos factores sociodemográficos y clínicos. Determinar la calidad de vida de los pacientes con enfermedad de Parkinson y su relación con la clínica ansioso-depresiva. Metodología: Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal realizado con 95 pacientes diagnosticados de EP en distintos estadíos de la enfermedad. La ansiedad y la depresión fueron valoradas mediante el Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) y el Cuestionario de Depresión de Beck (BDI-II) respectivamente y la calidad de vida por el Cuestionario de Calidad de Vida en Enfermedad de Parkinson (PDQ-39). Se excluyeron a los pacientes que tenían un deterioro cognitivo severo (MEC-30 <12), que no pudieran leer o escribir o que estuvieran cursando con una enfermedad en fase terminal. Resultados: Se encontró una prevalencia de depresión del 32.63% y de ansiedad (STAI/R) del 68.42%. La coexistencia de depresión y ansiedad fue del 31.58% de la población estudiada. Sorprendentemente, no se encontró relación de estos síntomas con las variables sociodemográficas ni con otras comorbilidades o tratamientos antiparkinsonianos recibidos. Se encontró asociación entre el tiempo de evolución de la EP y la depresión, la disminución leve del estado cognitivo y la ansiedad; así como entre la presencia de ansiedad, depresión y un mayor estadío de la EP (estadíos de Hoehn and Yahr) con la calidad de vida relacionada con la salud de los pacientes. Todas las dimensiones de la calidad de vida, excepto las dimensiones de soporte social y malestar corporal, se relacionaron con la presencia de depresión. La ansiedad tuvo un impacto negativo en las dimensiones de estado emocional y malestar corporal. Conclusiones: Un tercio de los pacientes con EP presentan depresión y más de dos tercios presentan ansiedad. La clínica ansioso-depresiva tiene un gran impacto en la calidad de vida relacionada con la salud de los pacientes. La sintomatología depresiva tiene un impacto negativo en la mayoría de las dimensiones de la calidad de vida.