"José Gómez Veiga ""curros"" (1864-1946)un icono del patrimonio musical compostelano"
- Freitas de Torres, Leslie
- José Ignacio Suárez García Director
Defence university: Universidad de Oviedo
Fecha de defensa: 10 November 2017
- María Encina Cortizo Rodríguez Chair
- Albano García Sánchez Secretary
- Francisco J. Giménez Rodríguez Committee member
Type: Thesis
Abstract
A partir de las primeras décadas del siglo XIX, Santiago de Compostela entró en un periodo de estancamiento, motivado, especialmente, por el deterioro de la situación económica. A pesar de ello, a lo largo del siglo tuvieron lugar todo tipo de manifestaciones musicales que, por otro lado, fueron comunes a otras ciudades de similar importancia. La familia “Curros” fue, en buena medida, protagonista de este escenario histórico, aportando dos generaciones de músicos notables, entre ellos José Gómez “Curros” y tres de sus hijos: Gerardo Gómez Veiga, Jesús Gómez Veiga y José Gómez Veiga, apodado también “Curros”, como su padre, y objeto principal de esta investigación. José Gómez Veiga “Curros” (1864-1946) fue un músico compostelano de gran prestigio en el ámbito local. Inició su instrucción musical en 1874, con diez años, de la mano de su padre, completando su formación con Andrés Gómez Cidre, Mariano Tafall e Hilario Courtier. Su dominio del violín le llevó a desempeñar tempranamente el cargo de segundo violín en el Teatro Principal y en la Capilla catedralicia. Después, y a partir de 1880, participó como jurado en diversos certámenes en compañía de otros músicos gallegos, tales como Santiago Tafall, Manuel Chaves y Enrique Lens. En la década de 1880 se convirtió en un instrumentista muy activo, obteniendo primer premio en un certamen de violín celebrado en Santiago de Compostela (1884). Además, a lo largo de la década formó una orquesta y varias agrupaciones de cámara: dúo, cuarteto, quinteto y sexteto. De todas estas formaciones, el sexteto fue la que tuvo mayor prestigio, llegando a ganar un premio en un concurso organizado en Pontevedra (1889). Otro aspecto de “Curros” fue la dirección de la Tuna compostelana, al menos en los años 1888, 1890 y 1897. Con ella emprendió numerosos viajes por Galicia (Orense, Pontevedra, Vigo, La Coruña, Ferrol, Lugo), el resto de España (Madrid, Valladolid, Salamanca, Asturias) y Portugal (Coímbra, Oporto, Braga, Lisboa). Gracias a un ambiente cultural más favorable, “Curros” fundó sendas Sociedades de Conciertos en 1891 y 1901, con la finalidad de ofrecer actuaciones de forma periódica. Abrió así la posibilidad de que los compostelanos pudieran disfrutar del repertorio de orquesta, que estuvo conformado con obras, tanto de compositores locales, como de los grandes nombres internacionales. Su labor docente fue también muy significativa. En 1893 fue nombrado profesor de violín de la escuela de música de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela, llegando a convertirse en su director en 1912. “Curros”, que permaneció en la institución hasta 1944, contribuyó así a la formación de un sinnúmero de violinistas. También brindó una excelente formación musical a los discapacitados invidentes en el Colegio de Sordomudos y de Ciegos de Santiago de Compostela, donde impartió clases entre 1891 y 1944. Su trabajo educativo fue reconocido por la población santiaguesa, siendo galardonado en 1935 con la Medalla del Trabajo. Como compositor, “Curros” dedicó su obra a diversos tipos de formaciones: agrupaciones de cámara, banda, orquesta y coro. En esta faceta ocuparon un lugar destacado las melodías gallegas para canto y piano, así como las piezas para estudiantina. Sus partituras fueron interpretadas en cafés, teatros e iglesias de la ciudad en diferentes contextos, que incluyeron las veladas literarias y musicales. Al final de su vida, la labor de “Curros” fue reconocida al ser nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de La Coruña (1944). En definitiva: José Gómez Veiga “Curros” fue una notable figura del panorama musical gallego en el cambio del siglo XIX al XX. Así lo atestigua su continuada labor a lo largo de más de 55 años, como intérprete, profesor de violín, compositor, director y dinamizador en general de la vida musical compostelana. En consonancia con ello, lo consideramos un icono del patrimonio compostelano y, por eso, el objetivo principal de esta tesis doctoral es rescatarle del olvido, poniendo en valor su persona y su obra.