Análisis de la conciencia ambiental y de género en adolescentes para su mejora desde la educación

  1. Muñoz García, Isabel María
Dirigida por:
  1. Silvia Medina Quintana Director/a
  2. Jorge Alcántara-Manzanares Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Córdoba (ESP)

Fecha de defensa: 20 de junio de 2023

Tribunal:
  1. Carmen Solís-Espallargas Presidente/a
  2. Esther Cuadrado Secretario/a
  3. María del Consuelo Díez Bedmar Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

1. Introducción o motivación de la tesis: Las dificultades ecosociales configuran el contexto en el que la adolescencia se desarrolla, siendo una de las etapas vitales más difíciles, la cual conlleva altos niveles de estrés debido a los nuevos roles psicosociales que entran en juego a la hora de tomar decisiones sobre su proyecto de vida, y también por los cambios físicos, interpersonales, afectivos y cognitivos que se producen (Wray-Lake, Syvertsen & Flanagan, 2016). Entre las dificultades sociales, según el Consejo de la Juventud de España e Intermón Oxfam (2022), actualmente la sociedad se encuentra en una de las épocas de menor crecimiento económico, con mayor precariedad y paro juvenil, y un gran aumento de la brecha de género en el empleo juvenil. Además de ello, la socialización de los roles de género tiene un impacto más negativo en las jóvenes, desde el lugar que deben ocupar en las tareas de cuidados (García Guevara, 2005) y la implicación de la división sexual del trabajo (Morgenroth, 2018), hasta las relaciones de noviazgo y afectivo-sexuales (Egea, 2016). Las ideas sobre el amor romántico condicionan los comportamientos femeninos, a través de roles de sumisión en detrimento de sus derechos y libertades, aumentado por el proceso de sexualización que cosifica e hipersexualiza a la mujer (Bedia, 2015). Por otro lado, la crisis medioambiental, al ser una crisis sistémica, se muestra en multitud de problemáticas (Gorobets, 2011), tales como migraciones climáticas, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o la superación de la capacidad de carga del medioambiente para soportar el consumo de energía y materia y asumir los residuos, entre otras. Esta aflictiva realidad dificulta las posibilidades hacia el futuro personal y profesional de la adolescencia (Nairn, 2019; Ojala, 2012) ya que, mientras que las esperanzas futuras guían y acercan el logro de las expectativas deseadas, el miedo las aleja (Zhao et al., 2018). Ante este contexto de crisis sistemática se dan, según Svampa (2018), tres tipos de respuestas: aquellas que ven próximo el colapso civilizatorio, las que consideran que son suficientes las opciones capitalistas y tecnocráticas para acabar con el problema y, por último, aquellas que afrontan la situación desde la resiliencia con un enfoque de justicia social que, según Walker et al. (2004), busca salidas de adaptación de manera equitativa para todas las personas y, como añade Berkes (2007), también para todos los ecosistemas del planeta. En el éxito de esta última respuesta, la educación juega un papel importante, siendo este el enfoque en el que se basa esta investigación. Para responder a estos desafíos globales, la educación puede normalizar y replicar situaciones de desigualdad (Dubet, 2010; Martínez, 2016; Kågesten et al., 2016; Johansen et al., 2020) o, por el contrario, funcionar como una herramienta de transformación (Martínez, 2016; Smetana et al., 2015). Es decir, la educación debe garantizar un aprendizaje transformador (OBrien et al., 2013), siendo necesario un modelo que promueva la participación cívica y la acción colectiva (Hadjichambis & Reis, 2020). No obstante, en este reto actual al que nos enfrentamos, el sistema escolar ha dejado de ser el único recurso para atender a las expectativas sociales de formación y aprendizaje, por ello, en este estudio está presente la influencia de los espacios no formales (Martín, 2017). 2.Contenido de la investigación: A lo largo de la presente tesis doctoral se analiza la conciencia ambiental y de género y la relación entre ellas, para conocer las ideas, conocimientos y sentimientos que subyacen en estas temáticas en adolescentes de 14 a 16 años de la ciudad de Córdoba. Este análisis ofrece un marco en el que identificar medidas educativas que ayuden a lograr la sostenibilidad y la equidad. Para conseguir los resultados que nutran el análisis de las temáticas mencionadas, se lleva a cabo una metodología cuantitativa, con el objetivo de conocer la conciencia de género y la actitud ambiental, y una metodología cualitativa, para identificar las ideas y conocimientos sobre ecofeminismo, por un lado, y la valoración de procesos educativos de ámbito no formal, por otro. En primer lugar, se crea, valida y desarrolla una escala que mide el Grado de Conciencia de Género en Adolescentes o GADA, por sus siglas en inglés (Gender Awareness Degree in Adolescents). Este cuestionario es pertinente y novedoso por su base teórica, ya que se construye en torno a una visión global, holística e integral sobre el género y el feminismo, que tiene en cuenta los temas más influyentes y relevantes para la adolescencia. También es un instrumento fiable e innovador por su validación estadística, puesto que se han aplicado propuestas sobre análisis factorial acordes con la psicometría post-Little Jiffy, siguiendo las recomendaciones desarrolladas por Lloret-Segura et al. (2014) y Ferrando & Lorenzo-Seva (2014), a través de un análisis factorial semiconfirmatorio utilizando el programa FACTOR. Con la validación de esta escala se confirma la primera hipótesis de esta investigación, al haber obtenido un instrumento validado y fiable que mide el grado de conciencia de género de adolescentes a través de dos factores: Personal y Social. La escala GADA se ha aplicado a una muestra de población representativa con un total de 510 adolescentes (55 % mujeres y el 45 % hombres), cuyos resultados han posibilitado refrendar la hipótesis de que el grado de conciencia de género de adolescentes es mejorable, con valores más altos en el caso de las chicas. Los análisis realizados reflejan que el sexo y la edad son variables significativas de la Escala GADA, así como que la variable sexo presenta más diferencias significativas en los ítems y en los factores que la variable edad. El análisis de clúster ha posibilitado el agrupamiento de la muestra en 4 tipos de perfiles según el grado de conciencia, que se discuten con profundidad, y aportan información para llevar a cabo intervenciones educativas que promuevan la equidad de género en adolescentes. En este sentido, la interiorización de los objetivos y metas feministas ocurre en mayor medida en las chicas y en el Factor Personal, más que en las ideas y conceptos sociales en ambos sexos. En segundo lugar, para conocer la actitud ambiental se ha utilizado una escala validada y desarrolla por Terrón et al. (2004), específica para este tipo de población, en una muestra de 346 adolescentes, siendo un 51 % hombres y un 49 % mujeres. El análisis factorial semiconfirmatorio realizado con el programa FACTOR arrojó tres factores, en sintonía con el componente socioafectivo en el que se basa toda la investigación: emocional, cognitivo y reactivo/comportamental. Los resultados confirman la tercera hipótesis de la tesis afirmando que la actitud ambiental de adolescentes de Córdoba es mejorable. También se ha llegado a la conclusión de la importancia de fomentar el conocimiento y la sensibilidad en temas ambientales partiendo de lo emocional, ya que la dimensión afectiva presenta mejores valores que la dimensión de motivación al conocimiento y la dimensión reactiva o comportamental. Además, se refleja el potencial de los espacios al aire libre en contacto con la naturaleza y del activismo ambiental, puesto que desarrollan habilidades y destrezas para el abordaje de problemas ambientales. En tercer lugar, gracias a la metodología cualitativa, se ha podido responder a las preguntas de investigación planteadas, concluyendo que la conciencia de género, medioambiente y la visión ecofeminista es mejorable en la población adolescente, especialmente en el caso de los chicos. Se han realizado dos grupos focales, uno con jóvenes adolescentes de ámbito formal, constituido por 15 personas, de las cuales 8 son chicas y 7 son chicos, y otro con quienes participan en un proyecto de ámbito no formal, compuesto por 7 personas: 3 chicos y 4 chicas. En general, la percepción de la situación ambiental es la de ir al colapso de manera casi irremediable, mientras que en la equidad de género sucede al contrario, es decir, venimos de una situación de una gran desigualdad de género y nos encontramos en un momento de conquista con vistas a una mejora viable a corto plazo. Mientras que en el grupo formal se manifiesta la idea sobre el origen común de la explotación ambiental y hacia las mujeres y la infancia, así como la influencia de la división sexual del trabajo, en el grupo formal solo ocurre por parte de algunas chicas. No obstante, en ambos grupos, no se ve claro el papel de los roles de género en la destrucción ambiental y en la lucha, especialmente en el caso del grupo formal. El debate generado en el grupo no formal sobre la relación entre feminismo y sostenibilidad suscita sorpresa y dudas, existiendo consenso en que, si se promueven valores ambientales mejora la equidad de género, pero no existe acuerdo en el supuesto inverso. En cambio, en el grupo formal no se llega a profundizar en este asunto debido a la dificultad y lejanía con la temática. 3.Conclusión: Gracias a estos resultados, se ha podido valorar el efecto de proyectos educativos de ámbito no formal, lo que permite afirmar que existe una influencia positiva de dichos procesos. A lo largo del desarrollo de los grupos focales se ha observado que son comunes los sentimientos relacionados con la ecoansiedad, pero en el grupo no formal se dan más claves para la gestión de esta a través de comportamientos pro-ambientales, de un conocimiento más global de las causas y consecuencias de la situación y de llevar a cabo acciones ambientales cívicas de manera colectiva. Por tanto, la educación formal requiere del refuerzo de otros ámbitos como el no formal para que los procesos educativos iniciados puedan expandirse y desarrollarse. Para finalizar, gracias a la investigación desarrollada se responde al último interrogante sobre las medidas educativas que ayuden a lograr la equidad y la sostenibilidad. En este sentido, la metodología en el ámbito de la educación es un pilar fundamental y ha de ser coherente con las necesidades que afloran desde la población adolescente para hacer frente a la realidad presente y futura, alejada de una mirada adultocentrista, alarmista y estereotipada de la adolescencia. La última idea que destacar es que trabajar desde lo personal y emocional resulta una clave pedagógica para ir hacia lo social, colectivo y político, donde el enfoque del ecofeminismo constructivista o crítico potencia valores de cooperación, solidaridad y justicia social. 4. Bibliografía: Bedia, R. C. (2015). El cuerpo de las mujeres y la sobrecarga de sexualidad. Investigaciones feministas, 6, 7-19. https://doi.org/10.5209/rev_INFE.2015.v6.51376 Berkes, F. (2007). Understanding uncertainty and reducing vulnerability: lessons from resilience thinking. Natural hazards, 41, 283-295. https://doi.org/10.1007/s11069-006-9036-7 Consejo de la Juventud de España e Intermón Oxfam (2022). 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