Las proyecciones imaginarias y oníricas como literatura

  1. Martínez Navarro, José Daniel
Dirigida por:
  1. Francisco Vicente Gómez Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 15 de diciembre de 2022

Tribunal:
  1. Diana Del Mastro Presidente/a
  2. Leonor Sáez Méndez Secretaria
  3. María Angeles Grande Rosales Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Lo que cabe destacar antes de empezar a realizar un estudio acerca de los sueños en la literatura y de los sueños como la misma es una explicación de qué es el sueño. El sueño sería un proceso necesario para el ser humano en el que la imaginación desarrolla un contenido ficticio que a veces tiene relación con el ente literario. La literatura ha utilizado a los sueños como exculpación para contar historias que estaban prohibidas en una época o, incluso, como liberación para eximirse de la responsabilidad que sería el contar unos graves hechos despierto. Por ello, los sueños en el mundo literario suelen significar la ausencia de filtro censurador y, a su vez, la liberación para explicar los deseos en el mundo textual. Por ello, los sueños también se vinculan a los anhelos, a las motivaciones verdaderas del ser humano, pues al no existir filtro se manifiestan las aspiraciones más altas del hombre. Estos anhelos se producen en los sueños porque no existe el filtro de lo social, no se necesita aparentar y, por ello, la literatura se ha valido de los sueños como liberación y exculpación, así sucedía en la Divina Comedia cuando se habla de los sucesos del infierno, puesto que en aquel tiempo Dante hubiera sido oprimido por la censura de la época de no haberse exculpado mediante el sueño. En otras ocasiones el sueño ha servido como advertencia en el mundo literario, así pues, en la literatura clásica griega, así como en la Biblia, encontramos todo un mundo de advertencias que hacen los dioses a las personas comunes mediante sueños. El dios Apolo sería de gran importancia por ser el dios de los sueños; de todos modos, encontramos un gran número de advertencias en sueños desde la Ilíada, pues ya en esta obra Zeus le advierte a Agamenón de cómo este debe retirar las tropas. En la Biblia las advertencias se dan de una manera similar a la de la Antigua Grecia, en el Génesis 20:3 encontramos como Dios advierte a Abimelec debido a un pecado que está cometiendo, se le dice que morirá por haber tomado a una mujer casada. Además, el dios bíblico no solo da advertencias negativas, sino que también promete bondades, como es el caso de Jacob, que soñó que una escalera ascendía hasta el cielo y que los ángeles se desplazaban por ella, algunos ascendían y otros descendían (Génesis 28:12), era dios quien se encontraba en lo alto y por ello utilizaban esta escalera como medio de comunicación entre el cielo y el mundo convencional. Dios le promete darle a Jacob la tierra en la que se encuentra acostado durmiendo, además le indica que tendrá descendencia y que la misma disfrutará de esa tierra. El ángel que se le aparece a José es otro tipo de advertencia positiva, generalmente para hablar de sueños puramente deberíamos hablar de una positividad que destaca sobre la negatividad, ya que de destacar el elemento negativo serían pesadillas. La advertencia positiva que da el ángel es la de que el hijo de María proviene del Espíritu Santo y no de un hombre común, esto hace que José no se desprenda de María y evita por completo el posible repudio (aunque según la historia no la repudiaría, ya que de todos modos no quería que la lapidaran a pesar de que fuera la costumbre de la época). José sueña hasta cuatro veces con un ángel, la primera vez le reduce la angustia que él sentía por la duda del hijo. En su segundo sueño se le pide que salve la vida a Jesús, en el tercero que vuelva a Israel y en el último se le da una advertencia como las de la Grecia Clásica: se le indica que debe desplazarse a Galilea (es cuando se desplaza a Nazaret). Por lo que vemos los sueños están muy presentes en la Biblia y no solo se dan como advertencias negativas, sino también como buenas noticias, pero siempre con la intención de cambiar los acontecimientos. Un requisito del sueño bíblico es que este solo sucede si con él se van a cambiar los acontecimientos futuros, esto también sucede en la literatura Griega de la Ilíada. Como decíamos, los sueños en la literatura también suponen el anhelar un cambio futuro, y este es el tema principal de la obra de Calderón de la Barca, que en La vida es sueño propone vivir libremente sin tener en cuenta un destino, pues se trata de una obra que utiliza el tema del sueño para oponer el libre albedrío católico con la predestinación protestante y el le daría una temática más católica. Por esto podríamos considerar también al sueño literario como una excusa para dar lugar a la liberación; el sueño sería el escenario sin barreras y sin límites que condicionen los actos humanos. Son tanto los sueños como las proyecciones imaginarias aquellos elementos preficcionales que el ser humano trata de desentrañar de maneras inficaces. En este estudio vamos a desentrañar tanto al sueño como a la proyección imaginaria utilizando un método de estudio que abarca la filosofía, la psicología y la labor filológica con la finalidad de conocer mejor la relación entre el sentido profundo de los entes preficcionales y la literatura. No solo nos enfocaremos en aquel ámbito anterior al ficcional, sino que también destacaremos el ámbito que existe antes del íntimo. Hasta ahora solo se habían estudiado los ámbitos público, privado e íntimo, pero existe uno que está por debajo de este y es el que se produce en las ensoñaciones y en las proyecciones imaginativas. Las proyecciones oníricas serían equivalentes a las proyecciones imaginativas o imaginarias pero con un matiz, pues serían la sucesión de imágenes, ideas y sensaciones que se dan durante el proceso de dormir. Por lo tanto, las proyecciones imaginarias se podrían dar estando despierto o estando dormido, pero sería estando dormido cuando podríamos llamarlas proyecciones oníricas y no por ello dejarían de ser una proyección de lo imaginario. Para justificar este tipo de proyecciones encontramos a Freud, que propone los estados de inconsciencia del ser, estos determinan que el inconsciente funciona como un mecanismo semejante al proceso de la creación literaria. En Don Quijote sabemos que don Quijote enloquece y, por ello, suspende las condiciones con las que entendemos la realidad y, a su vez, es esta suspensión lo que permite que un mundo imaginario suplante al mundo real, pues el Quijote ve como real aquello que es imaginario; en el sueño se suspende la capacidad de discernir si algo es real o imaginario porque se genera un mundo imaginario que produce una realidad paralela que cumple todas las condiciones de un mundo posible. Sabemos que Aristóteles negaba que las ideas fueran elementos reales y planteó que las figuras estaban adheridas a los objetos tangibles y no al pensamiento humano.