El control de los bieneslos libros de cuentas de los mercaderes Tarascó: 1329-1348
- Varela Rodríguez, María Elisa
- Carme Batlle Gallart Director
Universidade de defensa: Universitat de Barcelona
Ano de defensa: 1995
- Josefina Mateu Ibars Presidente/a
- Ignasi J. Baiges Jardí Secretario/a
- María Josefa Sanz Fuentes Vogal
- José Manuel Ruiz Asencio Vogal
- Regina Sainz de la Maza Vogal
Tipo: Tese
Resumo
El presente trabajo de investigación aúna el estudio de los aspectos económicos y sociales del comercio marítimo barcelonés, así como los aspectos paleográficos y codicológicos, con la finalidad de conseguir una mejor comprensión de la actividad comercial marítima y de los propios libros de cuentas como entidad y totalidad indisociable. Para ello se ha seguido una secuencia ordenada de lo general a lo particular: de los mercaderes y el comercio en el área de influencia catalano-aragonesa en la primera mitad del siglo XIV, la coyuntura en esta zona, el análisis de los libros de cuentas de los mercaderes mediterráneos y los de los mercaderes catalanes, el análisis de los libros de los Tarascó, las características de sus negocios y finalmente el estudio de los aspectos internos y externos de los libros como materialización de la memoria personal de estos mercaderes, intentando ahondar en la realidad de la práctica comercial que es el origen de los propios libros. El trabajo enfocado desde la doble perspectiva de historia del comercio marítimo y de los métodos comerciales y desde la del estudio de estos testimonios gráficos y soportes físico-materiales -los libros- permite entender con mayor profundidad la actuación y el papel de los mercaderes dentro de la sociedad urbana, no sólo desde el punto de vista económico sino también cultural. El primer aspecto que permiten constatar los libros de los mercaderes Tarascó es el avance de la alfabetización entre los grupos sociales urbanos, la ampliación del círculo de personas alfabetizadas a los artesanos de diferentes actividades y por tanto el recurso a la extensión autógrafa de un importante número de escrituras. Este hecho permite afirmar que los mercaderes y grupos artesanales urbanos conferían gran valor a los actos escritos, bien fuese recurriendo a los notarios como profesionales de la escritura, o bien extendiendo ellos mismos las escrituras que daban cuenta de sus actividades. El valor otorgado al acto escrito, como acto de permanencia, de seguridad de la memoria escrita, del carácter durable del documento, de la fijación sobre un soporte material de cualquier tipo de actividad, queda constatado en la redacción de los libros contables y en la existencia de los mismos como elementos físico-materiales. El otro elemento a destacar es el de la finalidad de estas memorias personales y contables que son los manuscritos contables, la finalidad es estrictamente personal y familiar. Esta finalidad es la que condiciona la forma y factura de los propios libros como soportes físicos. Su análisis formal y de contenido refleja una sociedad urbana en la que se acusan los múltiples cambios que afectan a todos los campos de la vida: el aumento de la alfabetización, la evolución de una mentalidad eclesiástica hacia una más laica y una racionalización de los negocios, conseguida a través de un método de control administrativo y financiero: la contabilidad, combinado con el uso del útil intelectual por excelencia: la escritura. La objetivación por medio de la escritura permite a estos mercaderes desarrollar un tratamiento completo de la información acumulada, pudiendo así conocer las fluctuaciones financieras de los diversos negocios y de los distintos mercados en los que los efectúan. El estudio de estas fuentes permite conocer las formas escriturarias empleadas y la capacidad de escritura de un grupo socio-profesional urbano: el de los mercaderes barceloneses medianos de la primera mitad del siglo XIV. Las formas escriturarías empleadas, como realizaciones concretas y la capacidad de escritura son la consecuencia directa de la cada vez más amplia difusión social de la alfabetización con fines prácticos. Los testimonios gráficos de los tres libros son un ejemplo claro de imitación de los modelos dominantes adaptándolos a las necesidades de rapidez y al sistema braquigráfico propio del mundo mercantil. El estudio del contenido ha permitido establecer una hipótesis, bastante plausible, de la génesis documental de estos manuscritos, a partir de los documentos justificativos de las operaciones efectuadas, en una fase posterior a la realización de las mismas o incluso la ausencia o inconclusión de otras. La redacción definitiva se podía llevar a cabo a la vuelta de los viajes, que dan origen a las diversas operaciones o bien en un tiempo bastante posterior y alejado de ellas, hecho que justificaría la pérdida, desorden, olvidos que se detectan en los asentamientos de las operaciones de los tres manuscritos. Estas características de la génesis documental justifican las dificultades y problemas que suscita -mucho más que el sistema de contabilidad empleado- el análisis y balance económico-financiero de los libros. Este sistema de extensión de los libros contables hace que los mercaderes, al proceder a registrar las operaciones a partir de las actas y documentos justificativos de que disponía y asentarlas en las secciones correspondientes, se veían obligados a dejar folios en blanco o añadir cuadernos suplementarios para acabar de asentar nuevas operaciones, hecho que demuestra que seguramente iban ordenando y estructurando, a la vez, las distintas partes y secciones en que se dividían los libros. El estudio de los tres libros como soporte material ha permitido el análisis de las formas escriturarias y su clasificación dentro de las escrituras cursivas de tipo comercial o mercantil, propias de personas alfabetizadas en el mundo del comercio, de la producción artesanal y de las finanzas, que imitan los modelos góticos dominantes en el ámbito catalano-aragonés. La escritura de los tres libros corresponde a las realizaciones personales de los dos mercaderes -Bernat y Jaume- con un nivel de ejecución situado entre el elemental de base y el de las escrituras usuales. Aunque el referente gótico es común para los tres libros, éste presenta una dualidad escrituraria entre una escritura de trazos débiles e inseguros -la del libro de Bernat Tarascó- y otra de trazos más fuertes -la de los dos libros de Jaume Tarascó-. La primera se sitúa en un nivel de ejecución más próximo al usual, bien alejado del nivel de ejecución de los profesionales de la pluma, y aunque utiliza más o menos correctamente el sistema braquigráfico, en muchos momentos resulta difícil comprender el contenido por la inadecuada separación de palabras y la incorrecta utilización de algunas abreviaturas. La intervención gráfica de Jaume Tarascó -plasmada en sus dos Manuales- tiene un grado de ejecución usual, y un mayor grado de cognición y un nivel de uso de la escritura más próximo a la de los profesionales de esta práctica intelectual. La memoria administrativa y de mercado que los libros supones los convierte en registros contables. Dentro de la tipología de estas fuentes, se han clasificado como Libro Mayor el de Bernat Tarascó y como Manuales o Memoriales los dos de Jaume. En la evolución de la metodología contable, los tres libros se pueden situar en la fase de cuentas bilaterales no relacionadas, es decir, los tres responden a una contabilidad en partidas simples.