Cuantificación del grosor de la íntima media de las carótidas y factores de riesgo cardiovascular en niños obesos y en niños con índice de masa corporal normal

Laburpena

Introducción. La obesidad es un importante problema de salud infantil. La obesidad central o abdominal se ha relacionado con diversas complicaciones, tales como hipertensión arterial, dislipemia, resistencia a la insulina y diabetes mellitus, constituyendo el denominado “síndrome metabólico”. El estudio ecográfico precoz del grosor de la íntima media carotidea (GIM) podría detectar lesiones ateroscleróticas subclínicas. En la edad pediátrica los estudios relacionados con obesidad, factores de riesgo cardiovascular y la aterosclerosis, son limitados. Objetivos. Determinar el GIM de ambas carótidas comunes como marcador de aterosclerosis subclínica mediante su medición ecográfica en niños obesos y en niños con un índice de masa corporal (IMC) normal y determinar su relación con las variables relacionadas con el riesgo cardiovascular. Sujetos y métodos. Estudio observacional de tipo caso- control. Se estudiaron 69 niños de ambos sexos, de entre 6 y 14 años, con diagnóstico de obesidad o índice de masa corporal superior a +2 DE de la media según población de referencia. Se asignó un grupo control de 76 niños sanos pareados según edad y sexo. Se analizaron los antecedentes de riesgo cardiovascular en familiares de primer grado. En ambos grupos de estudio, se realizó la somatometría con determinación del IMC y perímetro de cintura y exploración física completa con medición de la tensión arterial, así como la determinaron de parámetros analíticos relacionados con obesidad infantil. A los niños obesos se les realizó una sobrecarga oral de glucosa y una ecografía abdominal y, a todos los niños, una ecografía carotidea para determinar el GIM. Resultados. Los niños obesos mostraron de manera significativa (p<0,001) una mayor frecuencia de hipertensión arterial, hipertrigliceridemia, HDL-c disminuido y resistencia a la insulina respecto a los niños no obesos. Asimismo, la muestra de niños obesos presentó niveles más elevados de transaminasas, PCR ultrasensible y ácido úrico (todas las comparaciones con p<0,001). El GIM medio fue superior en niños obesos (0,46±0,09 mm para la carótida derecha y 0,45±0,09 mm para la carótida izquierda) que en niños sanos (0,33±0,04 mm en la derecha y 0,36±0,04 mm en la izquierda), ambas comparaciones con p<0,001. Estas diferencias estaban presentes desde la época prepuberal (p<0,001). Las variables relacionadas con el riesgo cardiovascular así como el IMC de los progenitores, mostraron una correlación significativa con ambos GIM. En el análisis de regresión multivariante de la totalidad de la muestra, el IMC se asoció significativamente con el GIM de ambas arterias carótidas (coeficiente β=0,007; p<0,001). Asimismo, en dicho análisis, los niveles de triglicéridos (coeficiente β=0,0004; p=0,006) y el IMC paterno (coeficiente β=0,003; p=0,049) mostraron asociación con el GIM de la carótida derecha e izquierda, respectivamente. La presencia de esteatosis hepatica, se asoció significativamente con el aumento del grosor de la íntima media derecha (coeficiente β= 0,075; p=0,002) y de la íntima media izquierda (coeficiente β= 0,066; p=0,001) en el análisis de regresión multiple realizado en los pacientes obesos. El GIM de la carótida derecha fue superior en los pacientes obesos afectos de hiperuricemia (p=0,039) y de resistencia a la insulina (p=0,01). Se observó una asociación estadísticamente significativa entre la presencia de hiperuricemia y esteatosis hepática (p=0,02). Los niños con esteatosis hepática (50% de los obesos) presentaron un GIM superior para ambas carótidas (p=0,003) respecto a los niños obesos con ecografías hepáticas normales. Conclusiones. Los sujetos obesos de la muestra, presentaron una mayor frecuencia de parámetros asociados a riesgo cardiovascular. El grosor de la íntima media de ambas carótidas fue significativamente superior en los niños obesos tanto prepúberes como púberes en relación con los niños no obesos. El grosor de la íntima media de ambas carótidas se correlacionó con múltiples variables relacionadas con el riesgo cardiovascular, siendo el IMC y la presencia de esteatosis hepatica en los niños obesos las variables que mostraron una asociación significativa con el GIM de ambas arterias carótidas en el análisis de regresión múltiple.