Aplicación de los principios de la planificación centrada en la persona y del apoyo activo en la atención a las personas con discapacidad en Asturias

  1. Cuervo Rodríguez, Tania
Dirigida por:
  1. María Teresa Iglesias García Directora

Universidad de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 30 de septiembre de 2019

Tribunal:
  1. Raquel Amaya Martínez González Presidenta
  2. Marisa Pereira González Secretaria
  3. Montserrat Vilar Sunyer Vocal
  4. María Cristina Cardona Moltó Vocal
  5. Carmen Jiménez Fernández Vocal
Departamento:
  1. Ciencias de la Educación

Tipo: Tesis

Teseo: 603502 DIALNET

Resumen

La Planificación Centrada en la Persona (PCP) y el Apoyo Activo (AA) son dos metodologías que han surgido a lo largo de los últimos años a la par que las nuevas conceptualizaciones de la discapacidad intelectual, de los nuevos paradigmas y de los cambios a nivel organizativo en el tercer sector. Ambas metodologías buscan que la persona con discapacidad pueda lograr sus metas con los apoyos adecuados, ser más autodeterminadas y con unos mayores niveles de participación. En este estudio se presenta el proceso de validación de dos cuestionarios que hacen referencia a estas metodologías. En un primer lugar se ha procedido a la elaboración de un cuestionario único utilizando la Técnica Delphi en el que participaron 16 expertos en la materia en dos rondas. En la primera ronda se presentaron a análisis 47 ítems obtenidos a partir de la revisión literaria, en la segunda se obtuvieron 53 ítems a partir de los cambios propuestos por los expertos. Posteriormente, y a partir del cuestionario obtenido mediante la Técnica Delphi, se ha procedido a dividir los ítems en dos cuestionarios. El de PCP costaba de 37 ítems iniciales y, tras su validación, el cuestionario final constaba de 16 (su fiabilidad obtenida con el Alpha de Cronbach es .955). El de AA constaba de 36 ítems iniciales y finalmente se compone de 12 tras los análisis oportunos (fiabilidad de .946 en el Alpha de Cronbach). 102 profesionales de atención directa a personas con discapacidad intelectual componen la muestra encargada de dar respuesta a los cuestionarios. Los datos recogidos son, mayoritariamente, de carácter cuantitativo aunque también se recoge información cualitativa a través de las evidencias solicitadas para cada uno de los ítems. Los resultados obtenidos en el cuestionario sobre la PCP ofrecen resultados positivos en lo referente a la elaboración de planificaciones individualizadas y a la realización de actividades en las que la persona con discapacidad intelectual realice las cosas por sí misma. En cambio, los profesionales no trabajan correctamente el análisis de necesidades, la documentación de los avances para poder reformular los apoyos, el establecimiento de objetivos a corto y largo plazo en los que se tiene en cuenta la visión de los profesionales y de la propia persona con discapacidad, la evaluación de los avances, el establecimiento de un grupo de apoyo formado por profesionales, amigos y familiares en el que una de las personas desempeña el papel del facilitador, ni el mantenimiento de un feedback continuo con la persona con discapacidad y/o su familia cuando es necesario. Además, hay varios ítems en los que no se da una concordancia entre los resultados cuantitativos y los cualitativos (resultados negativos en los primeros y positivos en los segundos). Estos hacen referencia a la proporción de apoyos flexibles, dinámicos e individualizados, al trabajo de la autoestima y del autoconcepto de la persona con discapacidad, a la adaptación de las tareas en función de las necesidades de la persona, al uso de agendas y/u horarios, al apoyo para que la persona tome sus propias decisiones y al uso de soportes y documentos de fácil comprensión. Respecto al cuestionario sobre el AA, hay 8 de los ítems que son comunes al de la PCP. En cuanto a los propios de este cuestionario se ha visto que los profesionales no está trabajando correctamente el que la persona con discapacidad intelectual no tenga períodos muy extensos de inactividad, salvo aquellos que sean requeridos. Al igual que en el anterior se produce una discordancia entre datos cuantitativos (resultados negativos) y cualitativos (resultados positivos) en los ítems acerca del uso de estrategias de prevención de la frustración; acerca de la realización de intercambios de experiencias con otros profesionales y acerca del desarrollo de actividades en las que las personas puedan ser más autónomas. Una vez obtenidos los datos anteriores se ha procedido a analizar si existen diferencias significativas en la aplicación de los principios de la PCP y del AA en función de cuatro variables: “tipo de centro” (Centro de Apoyo a la Integración –CAI- o residencia), “ubicación del centro” (rural o urbano), “número de usuarios totales del centro” (1-50; 51-100, +100), y “número de usuarios con el que trabaja diariamente el profesional” (1-10, 11-20, +20). Por último, en el cuestionario de PCP se han visto las siguientes diferencias significativas: • Los Centros de Apoyo a la Integración trabajan más los objetivos a largo plazo en los que se tiene en cuenta la visión del profesional y de la persona con discapacidad intelectual que los servicios residenciales. • En los centros urbanos se analizan más las necesidades de la persona; se documentan más los avances para poder reformular los apoyos; se proporcionan más apoyos flexibles, dinámicos e individualizados; se llevan a cabo más objetivos a corto y largo plazo teniendo en cuenta la visión del profesional y de la propia persona; se llevan a cabo más evaluaciones continuas; se desarrollan más planificaciones individualizadas; se establecen más grupos de apoyos en los que está presente la figura del facilitador; se trabaja más la autoestima y el autoconcepto; se utilizan más agendas y/u horarios; se apoya más a la persona para que tome sus propias decisiones; se trabaja más que la persona haga las cosas por sí mismas con las adaptaciones necesarias; se utilizan más soportes y documentos de fácil comprensión y se mantiene un mayor feedback con la persona y con su familia que en los centros rurales. • En los centros con más de 100 usuarios se han establecido más grupos de apoyos que en los centros con tamaño más reducido. • En los centros urbanos se pretende más que la persona con discapacidad intelectual hagan las cosas por sí mismas, se utilizan más estrategias de prevención de la frustración, se realizan más intercambios de experiencias con otros profesionales y se procura más que la persona con discapacidad no tenga períodos muy extensos a excepción de los requeridos que en los centros rurales.