La novela de Rachilde de 1895 a 1925
- LOJO TIZÿN, Mª DEL CARMEN
- María Dolores Bermúdez Medina Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Cádiz
Fecha de defensa: 18 de diciembre de 2015
- Carmen Camero Pérez Presidente/a
- Estrella de la Torre Giménez Secretario/a
- Concepción Palacios Bernal Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El objeto de estudio de esta tesis doctoral es la producción novelesca de Rachilde de 1895 a 1925. La producción de Rachilde (1860-1953), seudónimo de Marguerite Eymery, y gran referente de la vida literaria del país vecino es considerable. Ella es, en efecto, autora de unas 70 obras, lo que da idea tanto de la fecundidad de su actividad creadora como de la constancia y el trabajo que presiden el conjunto de su trayectoria. Nuestro trabajo se centra en un periodo cronológico muy concreto (1895-1925) de manera a poder analizar precisamente las obras menos conocidas, y por ende menos analizadas aunque, a nuestro juicio, dichas novelas pertenezcan a un periodo en el que la autora alcanza la madurez literaria. En el conjunto de su producción encontramos cuentos, poesía, ensayos, obras de teatro, novelas cortas, biografías y autobiografías. Sin embargo, es la novela el género dominante en su colosal producción literaria que consta, como acabamos de mencionar, de alrededor de setenta obras producidas entre 1880 y 1947. Dentro del género novelístico, trabajó otros subgéneros como por ejemplo la novela policíaca o la novela histórica. Rachilde no se limitó sólo a la creación, sino que también desempeñó una importante actividad crítica, sobre todo, a partir de su participación en la revista Mercure de France, de la que fue co-fundadora, y en la que tenía su propia sección, Les romans, donde ejerció dicha labor de 1897 hasta 1924. Monsieur Vénus (1884), su novela de referencia, relata la relación establecida entre los personajes protagonistas, Raoule de Vénérande y Jacques Silvert, basada en la inversión de roles sexuales y cuya última consecuencia es el fracaso de la relación amorosa. Dicho esquema constituye el modelo con el que, a partir de este momento, se identificará toda la obra rachildiana. Cierto es que Rachilde deberá su éxito y su reconocimiento a esta primera gran novela, y le valió el sobrenombre de ¿Reina de los decadentes¿ en el mundillo literario de final de siglo. La publicación de dicha obra causó gran escándalo debido a su contenido, tan transgresor como provocador y en consecuencia, suscitó gran diversidad de opiniones enfrentadas. Pese a la diversidad de opiniones (tuvo defensores y detractores), les unía la curiosidad por tan atrevido contenido. Monsieur Vénus se convirtió así en el pasaporte literario de nuestra autora, y, a pesar de su ingente producción, es a la obra a la que ha quedado vinculada Rachilde, siendo el resto casi desconocidas, no sólo para el gran público sino también para la crítica. Monsieur Vénus se ha convertido pues en el centro y patrón de los escasos estudios sobre la autora, o dicho de otro modo, las pocas novelas que han suscitado interés para el estudio han sido aquellas en las que se repite el modelo establecido en Monsieur Vénus. El resto de novelas de Rachilde ha quedado en el olvido, y como consecuencia, la escritora permanece encasillada como decadente, obviándose en su obra las posibles influencias de las corrientes que emergen en el siglo XX. Es precisamente su obra más tardía y menos conocida el objeto de estudio de esta tesis. Así, nuestro primer objetivo ha sido verificar, tal y como afirma la crítica, si la autora establece patrones permanentes en cuanto a su creación literaria, y analizar si tales patrones sufren alguna variación en las obras que más se alejan temporalmente de la Decadencia. De tal proceso de verificación se concluye que la técnica rachildiana por excelencia es la reescritura, inspirada de cuatro ejes fundamentales: acontecimientos históricos y sociales, autores y obras (anteriores o contemporáneas a la autora), su propia biografía y su propia producción, todo ello envuelto por el imaginario imperante de final de siglo, periodo en el que los mitos y las leyendas toman un enorme protagonismo en la producción literaria, y que por lo tanto, se convierten también en motivo de reescritura. La autora nunca (o casi nunca) parte de cero para la composición de una novela, sino que siempre encuentra un elemento propulsor que le sirve de inspiración creadora. Es decir, Rachilde desarrolla una escritura en espejo. La presencia mítica y legendaria en la novela rachildiana ha despejado la incógnita planteada. La autora representa una visión decadente de los mitos. Para ello, no sólo hace uso de las figuras que mejor se adecúan a dicho imaginario sino que también realiza una adaptación de mitos y leyendas que ya forman parte del panorama literario; es decir, invierte el mito o la leyenda creando en consecuencia anti-mitos y anti-leyendas. Además de tal proceso, la presencia de mitos y leyendas en la obra rachildiana decae a partir de la Primera Guerra Mundial; es decir son menos representativos a medida que avanzamos en el tiempo. Aunque las figuras empleadas durante toda su carrera siguen estando presentes, como la femme fatale o el andrógino, estas son menos contundentes. Por tanto, concluimos que la decadencia del mito en Rachilde debilita el imaginario decadente de la autora.