Impacto de la actividad física previa en el pronóstico y la neurorreparación del ictus isquémico agudo por oclusión de la arteria cerebral media o de la arteria carótida interna intracranealfactores de crecimiento neuronal y endotelial /

  1. RICCIARDI CIOCCHINI, ANA CLARA
Dirigida por:
  1. Antoni Dávalos Errando Director/a
  2. Elena López Cancio Martínez Directora

Universidad de defensa: Universitat Autònoma de Barcelona

Fecha de defensa: 22 de mayo de 2017

Tribunal:
  1. María Luisa Pedro-Botet Montoya Presidente/a
  2. Sergio Amaro Delgado Secretario/a
  3. Joaquín Serena Leal Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 473994 DIALNET lock_openDDD editor

Resumen

La práctica habitual de actividad física (AcF) aporta beneficios en la salud, en especial en la prevención de enfermedades cardio y cerebrovasculares. La AcF parece tener un efecto más allá de la disminución de la incidencia y recurrencia del ictus, existiendo algunos estudios que la asocian a menor gravedad inicial del ictus y a mejor pronóstico funcional, aunque los estudios clínicos publicados son escasos y metodológicamente heterogéneos. Sólo estudios experimentales han relacionado la AcF con un menor volumen de la lesión isquémica, y ningún estudio experimental o clínico ha estudiado su relación con la recanalización arterial en el ictus agudo. Se cree que la práctica de AcF se comporta como un precondicionante de la isquemia, favoreciendo la tolerancia a la misma una vez que se produce, gracias a mecanismos de neuroprotección y neurorreparación. Aunque las vías exactas de señalización molecular y celular a través de las cuales la AcF aporta dichos beneficios son desconocidas, existen una serie de intermediaros implicados en procesos de vasculogénesis, angiogénesis, arteriogénesis y neurogénesis que aparecen de forma constante en la literatura en relación por un lado a la práctica de AcF y por otro lado en respuesta a la isquemia cerebral, como son las EPCs circulantes y algunos factores de crecimiento neuronal y vascular tales como los VEGF, G-CSF y BDNF. Sin embargo, no existen hasta el momento estudios clínicos en pacientes con ictus isquémico que analicen simultáneamente el papel de la AcF previa y de los citados intermediarios moleculares en el pronóstico clínico y radiológico del ictus. En este estudio prospectivo de pacientes con ictus agudo (<12h) con oclusión de la ACM o TICA se ha observado que niveles elevados de AcF previo al ictus se asocian a menor gravedad neurológica al ingreso, a mayor tasa de recanalización arterial precoz tras tratamiento fibrinolítico endovenoso, a mejoría dramática precoz, a menor volumen final del infarto y a mejor pronóstico funcional a los 3 meses, además de a un mayor incremento de VEGF en los primeros 7 días tras el ictus. Asimismo, un mayor incremento de VEGF en los primeros 7 días se asoció de forma independiente a un mejor pronóstico funcional a los 3 meses y a un menor volumen final del infarto. Este estudio, junto a las investigaciones previas mencionadas, apuntan a que la AcF previa al ictus crea un microambiente que potencia una serie de mecanismos protectores interrelacionados y la expresión y funcionalidad de moléculas como el VEGF que, de forma directa y a través de otros FC y de la las EPCs, facilitan los procesos de neovascularización y plasticidad neuronal y atenúan los efectos nocivos de la isquemia, favoreciendo la neuroprotección y neurorreparación tras el ictus. Efectos que se plasman en una menor gravedad del ictus, una mayor tasa de recanalización arterial, un menor volumen del infarto y un mejor pronóstico funcional De esta forma se podría postular que la AcF regular previa al ictus es una estrategia de precondicinamiento prometedora que parece mejorar la tolerancia del cerebro a la isquemia, además parece que tiene un efecto más allá de la neuroprotección y también favorece y potencia toda una serie de fenómenos neurorreparadores. VEGF podría ser, entre otros, unos de los intermediarios a través del cual la AcF previa al ictus ejerce estos efectos beneficiosos.