Estudio asturias 18 años despuésdatos de mortalidad, evolución de factores de riesgo cardiovascular y diferencias de género según alteraciones del metabolismo hidrocarbonado

  1. Ares Blanco, Jessica
Dirigida por:
  1. Elías Delgado Álvarez Director
  2. Edelmiro Menéndez Torre Codirector

Universidad de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 27 de mayo de 2019

Tribunal:
  1. Jorge Cannata Andía Presidente
  2. Francisco Javier Escalada San Martín Secretario/a
  3. María Riestra Fernández Vocal
  4. Juan Bautista García Casas Vocal
  5. Jesús María de la Hera Galarza Vocal
Departamento:
  1. Medicina

Tipo: Tesis

Teseo: 592214 DIALNET lock_openRUO editor

Resumen

El Estudio Asturias es un estudio de cohortes prospectivo realizado para evaluar prevalencia de diabetes tipo 2 (DM2) y otros factores de riesgo cardiovascular, cuyo marco es la población de Asturias (España). La primera fase se llevó a cabo en 1998-1999, con el objetivo de determinar la prevalencia de DM2 (tanto diagnosticada como no diagnosticada) en la población de Asturias. Se aplicó un procedimiento de muestreo por conglomerados bietápico. Los participantes fueron seleccionados al azar de la población general. Nuestra muestra final incluyó a 1.626 personas, de las que participaron 1.034 (tasa de respuesta del 63,6%). Aprovechando los datos obtenidos en esta fase inicial, nos propusimos en 2016 reevaluar a la población que había participado en este estudio 18 años antes, distribuidos en grupos según categorías de disglucemia, sexo o porcentaje de grasa corporal. Tras analizar los datos de mortalidad en función de la clasificación de la persona dentro de estos grupos, hemos encontrado que los individuos con diabetes (especialmente aquellos con diabetes diagnosticada) tienen un riesgo de mortalidad por todas las causas 1,7 veces mayor (2 en la población con diabetes conocida) que aquellos con normoglucemia después de 18 años de seguimiento, tras ajuste multivariante. Las mujeres con diabetes tienen un riesgo de mortalidad de origen cardiovascular más de tres veces superior respecto a las mujeres sin diabetes, mientras que en hombres este riesgo supone un incremento de 1.5 veces. Por otra parte, al valorar los datos medios de control de factores de riesgo cardiovascular divididos por sexos entre personas con DM2 y sin ella, vemos que existen diferencias significativas en cuanto al control tensional y el perfil lipídico. Así, las cifras medias de presión arterial sistólica, índice de masa corporal (IMC) y colesterol LDL en mujeres con DM2 frente a las normoglucémicas son mayores que en hombres con DM2 respecto a los normoglucémicos. Destaco también el mayor incremento en la prevalencia de dislipemia en 2016 en mujeres respecto a los varones. Pese a conocer su diagnóstico, las cifras medias de colesterol LDL son más elevadas que en varones, lo que podría ayudar a explicar la elevada mortalidad de origen cardiovascular que presentan. Asimismo, calculamos el índice CUN-BAE (Clínica Universitaria de Navarra body adiposity estimator) en la población inicial y lo comparamos con el índice de masa corporal (IMC), para después relacionar ambos con los datos de mortalidad obtenidos. Encontramos que el incremento de grasa corporal determinado tanto por CUN-BAE como por IMC tras ajuste por factores de riesgo cardiovascular se relaciona directamente con el incremento de mortalidad total y específica en mujeres.  Parece claro que la diabetes es un factor de riesgo importante en mujeres dado que atenúa la protección cardiovascular que se asocia al sexo femenino en la población general. Tanto las modificaciones del estilo de vida como la intensificación del tratamiento médico son cruciales para corregir estos factores de riesgo cardiovascular y así prevenir complicaciones en mujeres con diabetes y para reducir recurrencias en mujeres con enfermedad vascular. De esta manera, el hecho de que las mujeres tengan una mayor implicación, respecto a los hombres, en la planificación de tareas del hogar, doble carga de trabajo, subordinación en la toma de decisiones, mayor precariedad laboral y menor apoyo social para sus cuidados puede condicionar negativamente su alimentación y limitar sus posibilidades de realizar cualquier actividad física, favoreciendo así la obesidad y el riesgo de DM2.  Se necesitan realizar más estudios para entender los mecanismos involucrados y así diseñar estrategias de prevención más eficaces. En cuanto a los factores de riesgo estudiados, se ha podido observar un incremento en la prevalencia tanto de hipertensión arterial, como de diabetes y de alteraciones de los lípidos (tanto en hombres como en mujeres), y de obesidad.