Representar e intervenir (o la economía al alcance de humanistas)

  1. Hernández Muñiz, Manuel 1
  1. 1 Universidad de Oviedo
    info

    Universidad de Oviedo

    Oviedo, España

    ROR https://ror.org/006gksa02

Libro:
Economía y libertad: la Gran Recesión y sus salidas
  1. Enciso de Yzaguirre, Vicente (coord.)
  2. Sanz-Bas, David (coord.)
  3. Nogales Naharro, María de los Ángeles

Editorial: Universidad Católica de Avila

ISBN: 978-84-15300-08-3

Año de publicación: 2013

Páginas: 769-827

Congreso: Congreso de Economía y Libertad (1. 2012. Avila)

Tipo: Aportación congreso

Resumen

La crisis económica ha destapado la caja de los truenos contra la ciencia económica y el trabajo de los economistas. ¿Para qué sirve la economía?, ¿por qué los economistas no fueron capaces de predecirlo?, ¿cuáles son las soluciones correctas? Esta comunicación examina críticamente este estado de cosas, con tres objetivos bien claros, seguidos de una coda final. En primer término y partiendo de una lectura no dogmática de Georgescu-Roegen (1971), me propongo ofrecer una visión nueva e integradora de la labor científica (pura) de los investigadores en economía, demarcando el estatuto gnoseológico de la disciplina de una forma plural y compacta, donde caben todas las especies (escuelas) de economistas existentes en competencia en el sistema ecológico. En segundo término, se describe el trabajo de los economistas como tecnocientíficos (Hacking, 1983), un concepto bisagra indispensable para reconciliar los avances en la frontera de la investigación con los desarrollos prácticos a pie de obra que se suceden en los mercados (v.r.: tecnología subprime de gestión del riesgo), en las empresas o en el sector público. Por último, se ofrece una interpretación de lo que ha funcionado mal en esta crisis, aplicando la navaja de Occam y la arquitectura ofrecida en el apartado primero. De esta construcción derivaré algunas enseñanzas prácticas para el delicado trabajo de la enseñanza de la economía y el entrenamiento de las nuevas generaciones de economistas. Porque si hay alguna esperanza de que el mundo no se vaya al garete, es que necesitamos más ciencia económica que nunca, más Ilustración, más pensamiento ilustrado, y no menos.