Variables de la competencia social en la prevalencia y características del cyberbullying en Colombia y España
- Herrera López, Harvey Mauricio
- Rosario Ortega Ruiz Director
- Eva María Romera Félix Co-director
Defence university: Universidad de Córdoba (ESP)
Fecha de defensa: 21 June 2017
- Juan Luis Castejón Costa Chair
- Izabela Zych Secretary
- David Álvarez García Committee member
Type: Thesis
Abstract
Múltiples estudios reconocen el creciente uso e impacto de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información (en adelante TICs) sobre los procesos relacionales del ser humano, especialmente de los adolescentes (Kubiszewski, Fontaine, Potard, & Auzoult, 2015). Este incremento en el uso e implementación ha generado importantes beneficios, pero también ha desvelado algunos problemas, como por ejemplo, el fenómeno de intimidación y acoso a través de internet denominado ciberacoso o cyberbullying (en su expresión inglesa). Al respecto, recientes estudios sugieren que el aumento en el uso de las TICs parece estar relacionado con una mayor ocurrencia de esta modalidad de maltrato y violencia entre los jóvenes, siendo tal el alcance que se considera que actualmente la mayoría de los adolescentes escolarizados están en riesgo de verse implicados (Modecki, Minchin, Harbaugh, Guerra, & Runions, 2014). Tanto el cyberbullying como el bullying son fenómenos que están asociados a importantes desajustes sociales y emocionales que afectan negativamente el bienestar psicológico así como al contexto social inmediato de relaciones interpersonales, que es lo que llamamos convivencia escolar (Ortega, 1998, 2007), por lo que ambos fenómenos son considerados serios problemas de salud pública (Aboujaoude, Savage, Starcevic, & Salame, 2015; Currie et al., 2012). El cyberbullying es descrito como un problema psicosocial que consiste en la agresión e intimidación injustificada a través de dispositivos electrónicos y medios digitales, de manera intencional y repetitiva sobre otra persona incapaz de defenderse, creando un desequilibrio de poder entre la víctima y el agresor con consecuencias negativas para ambas partes (Slonje, Smith, & Frisén, 2013; Tokunaga, 2010). A esta definición se suman el daño moral, el impacto del anonimato, la continuidad de la agresión en el tiempo y el ciberespacio y la potencial cantidad de espectadores (Gradinger, Strohmeier, & Spiel, 2010; Nocentini et al., 2010; Spears, Slee, Owens, & Johnson, 2009), que lo hacen inclusive más dañino en comparación al bullying tradicional. En esta línea, recientes investigaciones encuentran cada vez más evidencias que confirman que el cyberbullying repercute negativamente en todos los implicados, pues deteriora las relaciones interpersonales, especialmente las que se construyen en red (Kubiszewski et al., 2015), impactando notablemente las múltiples dimensiones y áreas del desarrollo socio-emocional de los adolescentes (Casas, Del Rey, & Ortega-Ruiz, 2013; Ortega & Mora-Merchán, 2008). Este fenómeno ha sido estudiado en muchos países y desde diferentes perspectivas (Menesini et al., 2012; Navarro, Yubero, & Larrañaga, 2016; Zych, Ortega-Ruiz, & Del Rey, 2015), y todas, en general, coinciden en afirmar que su impacto es devastador para la convivencia y el bienestar de los estudiantes (Davison & Stein, 2014; Hase, Goldberg, Smith, Stuck, & Campain, 2015). El estudio del cyberbullying ha tenido en los últimos años un notorio crecimiento, proporcional al acelerado desarrollo de internet y al avance de las tecnologías diseñadas para la interacción y comunicación. Esto ha generado múltiples líneas de investigación, entre las que destaca el estudio de algunas variables propias de la psicología del sujeto, como por ejemplo, los rasgos de personalidad, la autoestima, además de otras relacionadas con el propio contexto de interacción, como por ejemplo, el ajuste a las normas sociales (Casas et al., 2013; Romera, Cano, García-Fernández, & Ortega-Ruiz, 2016). En este sentido, se reconoce que la competencia social es una de las variables de mayor interés científico para explicar la implicación en conductas de agresión y victimización. Esta competencia es entendida como la eficacia en la interacción social y se configura en la articulación de las habilidades cognitivas, sociales y las expectativas personales y de los demás, incluyendo algunas dimensiones intrínsecas del sujeto, las perspectivas de los demás y las particularidades del contexto (Connolly, 1989). Cabe resaltar que este constructo ofrece la ventaja de trascender el clásico esquema de las habilidades sociales abriendo la posibilidad de integrar y analizar en conjunto una serie de constructos como las metas sociales, la autoeficacia social, la reevaluación cognitiva, la empatía, la prosocialidad y el ajuste a las normas, entre otros (Romera et al., 2016). En general, la investigación psicoevolutiva aplicada y el análisis de la dimensión psicoeducativa del cyberbullying avalan la necesidad de ampliar y mejorar el conocimiento sobre las variables que determinan su ocurrencia (Kubiszewski et al., 2015; Ortega-Ruiz, Casas, & Del Rey, 2014), desde el estudio mismo de cómo se establecen óptimas relaciones interpersonales, hasta avanzar en la relación de este fenómeno con la competencia social, en busca de elementos claves para su necesaria paliación, prevención y/o intervención. Al respecto, algunos estudios refieren que pobres relaciones interpersonales se relacionan con la agresión en internet (Casas et al., 2013; Chen & Peng, 2008; Milani, Osualdella, & Di Blasio, 2009), otros sugieren que bajos niveles de competencia social pueden configurarse en un factor de riesgo de cibervictimización y ciberagresión (Laible, Murphy, & Augustine, 2014; Navarro, Yubero, Larrañaga, & Martínez, 2012), y otros más refieren que los programas de intervención que apuntan hacia la mejora de la competencia social pueden prevenir la implicación en cyberbullying (Gradinger, Yanagida, Strohmeier, & Spiel, 2015). Por lo anterior, profundizar en el estudio de las relaciones interpersonales, así como en el desarrollo de la competencia social, ofrece elementos claves para una mejor comprensión de los entramados relacionales de dominio-sumisión entre los adolescentes, ya sea como agresores o víctimas (Farmer & Xie, 2007; Olweus, 2012); es decir, permite entender cómo los adolescentes asumen los límites, la amenaza y la exclusión social en el ciberespacio, además de la forma en que aprenden el ejercicio de los valores, actitudes y comportamientos de respeto mutuo, mediante el control del riesgo de acoso y agresión en sus interacciones cara a cara y on-line (Ortega-Ruiz & Núñez, 2012). Así pues, los resultados de este estudio ofrecen argumentos para avanzar en el fortalecimiento de las acciones y estrategias de prevención del cyberbullying, entre las que destacan el capacitar a los adolescentes sobre lo que podrían hacer para minimizar sus efectos y fortalecer su capacidad para construir relaciones efectivas y de calidad (Postigo, González, Montoya, & Ordoñez, 2013; Salmivalli, 2010). Otro elemento que justifica la pertinencia de este trabajo es la escasa producción científica y por tanto, el poco aporte al cuerpo de conocimiento sobre este problema en Latinoamérica; esto es corroborado por recientes hallazgos relacionados con el número y distribución de los estudios mundiales realizados sobre este fenómeno, los cuales muestran que la investigación principalmente se ha realizado en el norte de América y en Europa (Zych et al., 2015), denotando la necesidad de realizar más estudios sobre cyberbullying en países como Colombia. Sumado a lo anterior se reconoce la escasa existencia de estudios cross-culturales, a pesar de que se ha demostrado que las diferencias en el uso de internet entre países desarrollados y en desarrollo son cada vez más estrechas (ITU, 2015). Para el caso de la región sur colombiana, este trabajo se constituye en la primera investigación realizada desde la metodología cuantitativa y con una muestra amplia e importante, por lo que supone: a) un primer diagnóstico y caracterización del fenómeno en adolescentes escolarizados, b) la validación para Colombia de la escala de medida European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire -ECIPQ- (Del Rey et al., 2015), internacionalmente homologada y de reconocida calidad psicométrica, y c) la elaboración de un primer modelo explicativo y predictivo del cyberbullying en la región desde una perspectiva comparada, para eventualmente orientar el manejo de las situaciones de violencia, principalmente cibernética que se presenta en las instituciones educativas en Latinoamérica (Romera, Del Rey, & Ortega, 2011). Para el caso de España y especialmente para Andalucía, si bien se observa un avance importante en el estudio del tema, el presente trabajo permite avanzar en la investigación de las variables interpersonales y del contexto que están influyendo en su aparición y mantenimiento (Ortega-Ruiz & Núñez, 2012). Finalmente, la presente investigación responde a la necesidad de avanzar en el conocimiento del desarrollo del cyberbullying en Colombia y suma esfuerzos ante la escasez de estudios que analizan la influencia de la competencia social sobre el cyberbullying; por tanto ofrece importantes hallazgos en beneficio de los estudios referidos en general, al acoso escolar, así como también para los programas de prevención y abordaje en ambos países. El objetivo principal de este trabajo de tesis doctoral, realizada bajo la modalidad de compendio de artículos científicos, ha sido estudiar las relaciones e influencias de las variables de la competencia social en la prevalencia y características del cyberbullying en adolescentes de Colombia y España. Los objetivos específicos refieren, para el primer estudio: a) adaptar y comprobar las propiedades psicométricas de la escala Social Achievement Goal (Ryan & Shim, 2006) en adolescentes españoles escolarizados, b) analizar las relaciones e influencias de las metas sociales, el ajuste normativo y la autopercepción de eficacia social, sobre el ajuste social entre iguales. Las hipótesis de partida en este estudio fueron, H1: La versión española de la escala Social Achievement Goal, mostrará óptimas propiedades psicométricas; H2: La autopercepción de eficacia en el desempeño social tanto con profesores como con sus compañeros, el ajuste normativo y las metas sociales, predecirán el ajuste social entre iguales; y H3: La motivación social será relevante para el mundo de los iguales, ejerciendo la interacción con el profesorado una influencia indirecta. Para el segundo estudio los objetivos fueron: a) validar para Colombia la escala European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire –ECIPQ- (Del Rey et al., 2015), y b) realizar una comparación de las dinámicas y prevalencias de implicación en cyberbullying de adolescentes escolarizados en Colombia y España. Las hipótesis de partida fueron, H1: La versión colombiana del European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire -ECIPQ-, mostrará óptimas propiedades psicométricas y una alta correlación de sus dimensiones; y H2: Los adolescentes colombianos estarán menos implicados en los roles del cyberbullying, en comparación a los adolescentes españoles. Por último, en el tercer estudio se buscó: a) testar las propiedades psicométricas de la escala de metas sociales Social Achievement Goal (Ryan & Shim, 2006) y la escala de Competencia Social Multidimensional; Adolescent Multidimensional Social Competence Questionnaire -AMSC-Q (Gómez-Ortiz, Romera, & Ortega-Ruiz, 2017) en adolescentes Colombianos; y b) analizar las relaciones e influencias de las metas sociales y la competencia social sobre la agresión y victimización cibernética a través de un estudio comparativo entre España y Colombia, posibilitando el análisis de las relaciones entre las variables en las condiciones culturales particulares de cada país. Las hipótesis de partida establecidas en este estudio fueron, H1: Se observarán patrones similares de influencia de la competencia social y la motivación sobre el cyberbullying debido a la universalidad de la intimidación cibernética; y H2: Se encontrarán diferencias específicas en el ajuste normativo referidas a la relaciones de iguales debido a las características particulares de la cultura de cada país, las prácticas de comunicación en los medios sociales y el estilo específico de las convenciones y normas sociales. Los tres estudios brevemente enunciados y las publicaciones en revistas de impacto resultantes, nos han permitido asumir ciertas conclusiones y participar en el debate científico respecto al cyberbullying. Así, el primer estudio, además de presentar la validación de la versión española de la escala Social Achievement Goal (Ryan & Shim, 2006) con óptimos resultados psicométricos, evidencian que el establecimiento de relaciones óptimas o de calidad entre iguales en la escuela está determinado por las metas sociales de aproximación y de desarrollo, el ajuste normativo y la autoeficacia social con los compañeros. En esta línea concluye que disponer de un patrón motivacional positivo, mostrar conductas ajustadas a las normas y percibirse eficaz en el desempeño social con los iguales es clave para mejorar la calidad de las relaciones interpersonales. Los resultados obtenidos en el segundo estudio, además de indicar para Colombia óptimos ajustes y propiedades psicométricas del European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire -ECIPQ- (Del Rey et al., 2015), evidencia de la robustez e idoneidad del instrumento para medir conjuntamente la ciberagresión y la cibervictimización, permiten corroborar la naturaleza bidimensional y universal del constructo teórico cyberbullying. Así mismo sugieren que, tras los análisis comparativos, los adolescentes colombianos, con una prevalencia del 18.7%, presentan una menor implicación en los roles de cyberbullying, en comparación a los adolescentes españoles (21%). Finalmente este estudio sugiere que a pesar de encontrarse diferencias significativas en el rol de ciberagresión, es posible afirmar que, en términos generales, las dinámicas del fenómeno son parecidas en los dos países. El tercer estudio refiere que las escalas Social Achievement Goal (Ryan & Shim, 2006) y la escala Adolescent Multidimensional Social Competence Questionnaire, AMSC-Q (Gómez-Ortiz et al., 2017) presentan buenas propiedades psicométricas para una muestra colombiana. Además, los resultados reflejan que existe una relación inversa del ajuste normativo, y directa de las metas sociales de popularidad en la ciberagresión, así como una relación e influencia directa de la prosocialidad, las metas sociales de evitación, e inversa de la autoeficacia social, las metas de desarrollo y el ajuste normativo sobre la cibervictimización. Todas estas relaciones e influencias permiten concluir que la competencia social multidimensional tiene una importante implicación en el cyberbullying y de manera similar en ambos países. Finalmente a partir de los hallazgos de los tres estudios es posible concluir que las dimensiones estudiadas de la competencia social, entre las que sobresalen el ajuste normativo, el ajuste social y la autoeficacia social, se constituyen en importantes factores de riesgo y protección ante la cibervictimización y la ciberagresión de adolescentes de España y Colombia. Por tanto, este trabajo evidencia la importancia que tienen la competencia social y las metas sociales en la compresión y abordaje del cyberbullying; pues los resultados, vistos desde una perspectiva ecológica permiten sugerir que el logro de óptimas relaciones interpersonales (reflejo de un óptimo ajuste social), aporta positivamente a la configuración de la competencia social, la cual a su vez predice la implicación de los adolescentes en este fenómeno. Es importante mencionar que el cyberbullying es un problema que compete a todos los estamentos de la sociedad, pues los jóvenes están continuamente expuestos ante este tipo de agresión indirecta que se está convirtiendo en una violencia exageradamente injustificada. El riesgo es que al final se asuma como una conducta normal, por lo que se requiere trabajar conjuntamente hacia una mayor sensibilidad, conciencia y preocupación; es decir, darle al fenómeno la atención que requiere abordándolo desde modelos ecológicos que integren las diferentes perspectivas o miradas, siempre desde la co-responsabilidad. En este sentido, la competencia social ha demostrado, desde los argumentos empíricos y teóricos aquí presentados, que puede aportar al objetivo de hacerle frente, por lo que debe ser incluida de manera preponderante en todos los programas y estrategias de prevención, paliación e intervención, pues la intimidación se ha extendido a todas las esferas de la cotidianidad, incluida la vida on-line, poniendo en riesgo todos los ámbitos y dimensiones de desarrollo del sujeto y la sociedad. EXTENSIVE OVERVIEW OF THE PHD THESIS Numerous studies have recognised the increasing use and impact of the new Information and Communication Technologies (ICT) on the human relational processes, especially in adolescents (Kubiszewski, Fontaine, Potard, & Auzoult, 2015). This growth in their use and implementation has generated important benefits, but it has also revealed some problems such as the phenomenon of intimidation and bullying on the Internet called cyberbullying. In that regard, recent studies have suggested that the growth in the use of ICT seems to be related to a larger occurrence of this event of abuse and violence among adolescents, being its significance so extensive that most in-school adolescents are considered to be jeopardised for being involved (Modecki, Minchin, Harbaugh, Guerra, & Runions, 2014). Not only cyberbullying but also bullying are phenomena associated to the relevant lack of social and emotional adjustments which negatively affect the psychological welfare and the immediate social context of interpersonal relationships, which is what is known as school coexistence (Ortega, 1998, 2007). This is the reason why both phenomena are considered to be serious public health problems (Aboujaoude, Savage, Starcevic, & Salame, 2015; Currie et al., 2012). Cyberbullying is described as a psychosocial problem which consists on the non-justified aggression and intimidation through electronical devices and digital media in an intentional and repeated way over another person who is unable to defend him/herself, producing a power imbalance between the victim and the aggressor, having negative consequences for both parties (Slonje, Smith, & Frisén, 2013; Tokunaga, 2010). Furthermore, the moral injury, the anonymity impact, the continuation of the aggression over time and cyberspace, and the potential amount of viewers must be added to the previous definition (Gradinger, Strohmeier, & Spiel, 2010; Nocentini et al., 2010; Spears, Slee, Owens, & Johnson, 2009). All these factors make it even more detrimental in comparison to the traditional bullying. In this regard, recent research has found more and more evidence which confirms that cyberbullying has a negative effect on all the people involved, as it damages interpersonal relationships, especially those built through networking (Kubiszewski et al., 2015), making a significant impact on the multiple dimensions and areas of the socio-emotional development in adolescents (Casas, Del Rey, & Ortega-Ruiz, 2013; Ortega & Mora-Merchán, 2008). This phenomenon has been studied in many countries and from different points of view (Menesini et al., 2012; Navarro, Yubero, & Larrañaga, 2016; Zych, Ortega-Ruiz, & Del Rey, 2015) and all of them coincide in affirming that its impact is devastating for the students’ coexistence and welfare (Davison & Stein, 2014; Hase, Goldberg, Smith, Stuck, & Campain, 2015). In recent years, research on cyberbullying has experienced a noticeable growth, proportional to the rapid Internet development and the progress of technologies designed for interaction and communication. As a result, numerous lines of investigation have been generated, highlighting the study of some variables which are typical of the individual psychology, such as the personality traits and the self-esteem, apart from others related to the own context of interaction like, for instance, the adjustment to social norms (Casas et al., 2013; Romera, Cano, García-Fernández, & Ortega-Ruiz, 2016). In this sense, the social competence is recognised to be one of the variables which present greater scientific interest in order to explain involvement in aggression and victimisation behaviours. This competence is understood as the efficacy in social interaction and is defined on the articulation of cognitive and social skills and personal and others’ expectations, including some dimensions which are intrinsic to the individual, others’ points of view and distinctive features of context (Connolly, 1989). It is also remarkable that this construct offers the advantage of going beyond the classical scheme of social skills opening the door to the possibility of integrating and analysing as a whole a number of constructs such as the social goals, the social self-efficacy, the cognitive re-evaluation, the empathy, the prosociality and the adjustment to norms, among others (Romera et al., 2016). The applied developmental psychology research and the analysis of the psychoeducational dimension of cyberbullying generally support the necessity of broadening and improving the knowledge about the variables which determine their occurrence (Kubiszewski et al., 2015; Ortega-Ruiz, Casas, & Del Rey, 2014), from the own study of how optimal interpersonal relationships are established to the progress in the relationship between this phenomenon and the social competence, seeking the key factors for its necessary palliation, prevention and/or intervention. Along these lines, some studies refer to poor interpersonal relationships associated to aggression on the Internet (Casas et al., 2013; Chen & Peng, 2008; Milani, Osualdella, & Di Blasio, 2009); others suggest that the low levels of social competence can be shaped into a risk factor for cybervictimisation and cyberaggression (Laible, Murphy, & Augustine, 2014; Navarro, Yubero, Larrañaga, & Martínez, 2012); and others refer more to the fact that the intervention programmes which point towards the improvement of social competence can prevent involvement in cyberbullying (Gradinger, Yanagida, Strohmeier, & Spiel, 2015). Therefore, delving into the study of interpersonal relationships, as well as into the development of social competence, offers key elements for a better understanding of the relational schemes of dominance and submission that occur between adolescents, either as aggressors or as victims (Farmer & Xie, 2007; Olweus, 2012). In other words, it allows to understand how adolescents accept the limits, the threat and social exclusion in the cyberspace, apart from the way in which they learn how to put into practice values, attitudes and behaviours of mutual respect, by controlling the risk of bullying and aggression in their face-to-face and online interactions (Ortega-Ruiz & Núñez, 2012). Consequently, the results of this study offer arguments in order to progress in the strengthening of the actions and strategies for preventing cyberbullying, including educating adolescents on what they could do to minimise their effects and to strengthen their ability to build effective and quality relationships (Postigo, González, Montoya, & Ordoñez, 2013; Salmivalli, 2010). Another element which justifies the significance of this work is the shortage of scientific production and consequently, the lack of contribution to the body of knowledge on this problem in Latin America; this has been confirmed by recent findings related to the number and distribution of global studies about this phenomena that has been carried out, which show that research has mainly been done in north America and in Europe (Zych et al., 2015), indicating the necessity of further studies on cyberbullying in countries like Colombia. Apart from what has been mentioned, the lack of cross-cultural studies is evident, despite the fact that the differences in the use of Internet among developed and developing countries have been narrowed (ITU, 2015). In the case of the south area of Colombia, this work constitutes the first research carried out following a quantitative methodology and with a wide and important sample. Consequently, it represents: a) the first diagnose and characterisation of the phenomenon in in-school adolescents; b) the validation in Colombia of the measurement range European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire —ECIPQ— (Del Rey et al., 2015), internationally ratified and of recognised psychometric quality; c) the production of the first explaining and predictive design of cyberbullying in the area from a comparative point of view in order to eventually guide the management of violence situations, mainly cybernetic violence, which is present in the educational institutions in Latin America (Romera, Del Rey, & Ortega, 2011). Although an important progress has been observed on the subject study, in the case of Spain and especially, Andalucía, the present work allows to advance on the research of interpersonal and contextual variables which influence on their appearance and maintenance (Ortega-Ruiz & Núñez, 2012). Finally, the present research provides some answers to the necessity of advancing in the knowledge of the development of cyberbullying in Colombia and combine efforts facing the shortage of studies which analyse the influence of the social competence on cyberbullying. Therefore, it offers significant findings for the benefit of the studies which generally refer to the school bullying, as well as for the programmes of prevention and approaching in both countries. The main aim of this PhD Thesis, carried out following the method of the compendium of scientific articles, has been studying the relationships and influences of the variables of social competence in the prevalence and characteristics of cyberbullying in adolescents in Colombia and Spain. For the first study, the specific goals refer to: a) adapting and verifying the psychometric properties of the Social Achievement Goal scale (Ryan & Shim, 2006) in in-school adolescents; b) analysing the relationships and influence of the social goals, normative adjustment and self-perception of social efficacy on the social adjustment among peers. The initial hypotheses of this study were H1: the Spanish version of the Social Achievement Goal scale will show optimal psychometric properties; H2: the self-perception of efficacy in the social performance not only with teachers but also with peers, the normative adjustment and the social goals will predict the social adjustment among peers; and H3: the social cause will be relevant for the peer world, having the interaction with the teaching staff an indirect influence. For the second study, the goals were: a) validating the European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire —ECIPQ— scale for Colombia (Del Rey et al., 2015); b) making a comparison of the dynamics and prevalence of involvement in cyberbullying of in-school adolescents in Colombia and Spain. The initial hypotheses were H1: the Colombian version of the European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire —ECIPQ—, will show optimal psychometric properties and a high correlation of its dimensions; and H2: Colombian adolescents will be less involved in the roles of cyberbullying in comparison to Spanish adolescents. Finally, the third study looked for: a) testing the psychometric properties of the social goals scale —Social Achievement Goal (Ryan & Shim, 2006)— and the Multidimensional Social Competence scale; Adolescent Multidimensional Social Competence Questionnaire —AMSC— Q (Gómez-Ortiz, Romera, & Ortega-Ruiz, 2017) in Colombian adolescents; and b) analysing the relationships and influence of the social goals and the social competence about the cybernetic aggression and victimisation through a comparative study between Spain and Colombia, making possible the analysis among the variables in the specific cultural conditions of each country. The established initial hypotheses of this third study were H1: similar influence patterns of the social competence and the cause about the cyberbullying due to the universality of the cybernetic intimidation will be observed; and H2: specific differences in the normative adjustment will be found regarding peer relationships due to the particular characteristics of culture in each country, the communication practices in social media and the specific style of social conventions and norms. The three studies briefly mentioned here and the publications in significant international journals have allowed us to assume certain conclusions and to take part in the scientific discussion on cyberbullying. In this way, the first study, apart from presenting the validation of the Spanish version of the Social Achievement Goal scale (Ryan & Shim, 2006) with optimal psychometric outcomes, shows that establishing optimal or quality peer relationships in the school is determined by the approach and development social goals, the normative adjustment and the social self-efficacy with peers. In this sense, the study concludes that having a positive motivational pattern available, showing behaviours adjusted to norms and being effective in social performance with peers are essential to improve the quality of interpersonal relationships. The results obtained from the second study, apart from indicating optimal psychometric adjustments and properties for Colombia of the European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire —ECIPQ— (Del Rey et al., 2015), proof of the strength and suitability of the instrument in order to measure the cyberaggression and cybervictimisation together, allow to confirm the bidimensional and universal nature of the theoretical construct cyberbullying. Additionally, these results suggest that, after the comparative analyses, Colombian adolescents —whose prevalence is 18,7%— present lower involvement in cyberbullying roles in comparison to Spanish adolescents (21%). Finally, despite having found significant differences in the role of cyberaggression, this study suggests that it is possible that in general terms the dynamics of the phenomenon are similar in both countries. The third study shows that the Social Achievement Goal scale (Ryan & Shim, 2006) and the Adolescent Multidimensional Social Competence Questionnaire scale, AMSC-Q (Gómez-Ortiz et al., 2017) present appropriate psychometric properties for a Colombian sample. Furthermore, the results reflect that there is an inverse relationship of the normative adjustment and a direct relationship of the social goals of popularity in cyberaggression. In addition, there is a direct influence and relationship of the prosocioality, the social avoidance goals, and an inverse relationship of the social self-efficacy, development goals and the normative adjustment on cybervictimisation. All of these relationships and influences allow to conclude that the multidimensional social competence has an important implication on cyberbullying and that it is similar in both countries. Finally, from the findings obtained throughout the three studies, it is possible to conclude that the studied dimensions of the social competences, highlighting the normative adjustment, the social adjustment and the social self-efficacy, are considered to be important risk and protection factors facing cybervictimisation and cyberaggression of adolescents in Spain and Colombia. Therefore, this work shows the importance that the social competence and the social goals have in the understanding and management of cyberbullying since the results, seen from an ecological point of view, suggest that achieving optimal interpersonal relationships —reflection of an optimal social adjustment— positively contributes to the configuration of the social competence, which at the same time predicts how adolescents are involved in this phenomenon. It is important not to forget that cyberbullying is a problem which is competence of all the society classes since teenagers are constantly exposed to this type of indirect aggression, which is becoming an unjustified violence in an exaggerated way. Finally, the risk could be assuming it as a normal behaviour, so it requires working together towards a greater sensitivity, awareness and concern, that is, paying enough attention to the phenomenon by addressing it from ecological methods which integrate different viewpoints or perspectives, always from the co-responsibility. In this sense, the social competence has shown, from the empirical and theoretical arguments we have mentioned, that it can contribute to the goal of facing it, so it should mainly be included in all the programmes and strategies of prevention, palliation and intervention as intimidation has spread to all the everyday spheres, including the online life, compromising all the developmental fields and dimensions of the individual and the society. References Aboujaoude, E., Savage, M. W., Starcevic, V., & Salame, W. O. (2015). Cyberbullying: Review of an old problem gone viral. Journal of Adolescent Health, 57(1), 10–18. http://doi.org/10.1016/j.jadohealth.2015.04.011 Casas, J. A., Del Rey, R., & Ortega-Ruiz, R. (2013). Bullying and cyberbullying: Convergent and divergent predictor variables. Computers in Human Behavior, 29(3), 580–587. http://doi.org/10.1016/j.chb.2012.11.015 Chen, Y., & Peng, S. (2008). 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