La promoción social entre las élites del poder lusitarromanas y su presencia en los circuitos dirigentes de roma. Siglos I al III

Résumé

Este trabajo representa una contribución al estudio que durante las últimas décadas se viene realizando desde el campo de la Historia Antigua, sobre los procesos de promoción social protagonizados por los habitantes de las provincias que integraron el Imperio Romano. El marco espacial considerado en Lusitania, una provincia periférica dentro del Imperio donde la romanización fue limitada. El marco cronológico es el comprendido entre los siglos I al III de.e., al ser durante el Alto Imperio cuando los ordenes conservaros los rasgos que los habían definido desde época julio-claudia como unidades sociales y jurídicas. La autora reconstruye los procesos de movilidad vertical, entendida como el ingreso de las élites lusitanorromanas en el ordo senatorius, esquester asi como en los ordines decurionum constituidos en las ciudades de Lusitania,y de movilidad horizontal, entendida como los diferentes niveles de ascenso social que el acceso al ejercicio del poder permite detectar en cada una de estas unidades. Analiza los factores que intervinieron en cada proceso de promoción y contribuye al estudio prosopográfico de las élites hispanorromanos con el estudio de las carreras de cada personaje. La contribución de Lusitania a la renovación del Senado de Roma, de los mandos del ejército y de los cargos de la alta administración fue muy pobre. Esta circunstancia es interpretada como consecuencia de la limitada romanización de la provincia, donde el núemro de colonias y municipios era sensiblemente inferior al existente en la Bética y la Tarraconense, ciudades donde era más favorable la gestación de una élite con aspiraciones de conquistar una promoción supraprovincial. Llama la atención que las promociones al ordo senatorius y equester experiementaran cierta recuperación a partir de finales del siglo II, lo que se explica por la próspera conyuntura económica que vivió Lusitania durante le siglo III. Las élite