La eficacia de la terapia asistida con animales en personas con discapacidadanálisis de los flujos comunicativos entre la persona con trastorno del espectro del autismo y el perro de terapia
- Barbado Sánchez, Alejandra
- María Teresa Anguera Argilaga Director/a
- Miguel Ángel Verdugo Alonso Codirector/a
Universitat de defensa: Universidad de Salamanca
Fecha de defensa: 24 de de juny de 2016
- Gerardo Prieto Adánez President/a
- Verónica Marina Guillén-Martín Secretària
- Benito Arias Martínez Vocal
Tipus: Tesi
Resum
LA EFICACIA DE LA TERAPIA ASISTIDA CON ANIMALES EN PERSONAS CON DISCAPACIDAD: ANÁLISIS DE LOS FLUJOS COMUNICATIVOS ENTRE LA PERSONA CON TRASTORNO DEL ESPECTRO DEL AUTISMO Y EL PERRO DE TERAPIA. Introducción: A lo largo de la historia, los animales siempre han tenido un papel muy importante en la vida de las personas, tanto a la hora de proporcionar alimentos como para el transporte. También se tenía la idea de que los animales tenían poderes curativos (animismo). Hay evidencias de que ya en la antigua Grecia se daban paseos a caballo a personas que padecían enfermedades incurables como parte de la terapia para aumentar su autoestima. Así pues, desde tiempos remotos los animales han sido utilizados por el hombre como parte de la terapia de sanación y paliación de enfermedades. Sin embargo, el papel protagonista de los animales se fue diluyendo en la época del Medievo y del Renacimiento debido a los sistemas de creencias antropocentristas y monoteísta, pero a finales del siglo XVII se retomó la teoría de que los animales actuaban como agentes socializadores y así se empezó a fomentar las relaciones con estos. El uso de animales con fines terapéuticos tiene una larga historia, pero su uso normalizado, documentado y organizado es relativamente nuevo. El gran pensador inglés John Locke ya defendía en el año 1669 que la relación con los animales tenía una función socializadora. A partir de este momento empezaron a promulgarse las primeras teorías sobre la influencia de los animales de compañía en enfermos mentales. Dichas teorías sugerían que: el trato con estos animales despertaban sentimientos sociales en este tipo de personas, las cuales se encontraban más relajadas y tranquilas. La primera vez que se tiene constancia de la utilización de animales en terapia fue en Inglaterra, en el Retiro York, fundado en 1792 por la Sociedad de los Amigos (como eran conocidos los cuáqueros). William Tuke, hizo un llamamiento para cambiar los métodos de tratamiento de los enfermos mentales, consiguió los apoyos suficientes para abrir el Retiro en 1796, utilizando nuevos métodos de tratamiento, eliminando las cadenas, dando un alojamiento adecuado y utilizando las tareas ocupacionales de manera terapéutica, entre ellas el cuidado de los animales de granja. En la actualidad, a pesar de vivir en zonas superpobladas, el ser humano sufre graves problemas de aislamiento (en el mundo occidental). El fracaso en los canales de comunicación provoca enfermedades en el ser humano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud es un estado de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de afecciones o enfermedad, este concepto se enmarca en el paradigma biopsicosocial, es decir, la salud también está condicionada por los vínculos que se adquieren con otros seres. Posiblemente, el animal puede resultar un aliado que ayude a mitigar la soledad. Todos necesitamos poder comunicarnos, poder revelarnos como nosotros mismos, con todas nuestras debilidades y sin ningún miedo u objeción. Una mascota bien elegida puede suplir parcialmente esa necesidad. El 86% de los dueños de mascotas los tratan como a personas o a miembros humanos de su familia. El 97% hablan con ellos, la mitad de los adultos y más del 70% de los adolescentes les hacen confidencias. Las mascotas son más importantes que los amigos, vecinos, trabajo, deportes o funciones sociales. El 96% tienen mascotas por el placer de su compañía. El 69% buscan el confort de sus mascotas cuando están deprimidos. El 80% están más divertidos y se ríen más desde que tienen mascota (Estudio realizado por la Fundación Affinity, 2014. II Análisis Científico del Vínculo entre las Personas y los Animales de Compañía.). Si el estilo de vida es el mayor determinante de bienestar, hay que tener en cuenta que vivimos con mascotas. Buscando una alternativa a las terapias tradicionales para prevenir y resolver distintos problemas, nos vemos en la necesidad de retomar esa conexión a través de un vínculo cotidiano con los habitantes no humanos del planeta, se trata entonces de la Terapia Asistida con Animales (TAA). Para entender mejor la TAA tomamos la definición de la Delta Society (1996), que la entiende como “una intervención que persigue un objeto curativo y que usa el vínculo persona-animal como parte integral del proceso de tratamiento”. No podemos obviar la utilización de los animales en ámbitos terapéuticos por sus positivos efectos sanitarios, pero estos no serían posibles si no se despliega en un marco de relación terapéutica que existe entre el terapeuta y el usuario. La utilización de los animales sirve para enriquecer y completar la relación entre el terapeuta y el usuario de servicios de apoyo. Objetivos: Objetivo principal: Analizar el flujo comunicativo que se establece entre la persona con autismo y el perro de terapia. Objetivos secundarios: a. Analizar las conductas no verbales del emisor y del receptor. b. Analizar la biosemiótica, es decir, estudio de las señales comunicativas de la persona y el perro. c. Analizar la zoosemiótica, es decir, estudio de las señales comunicativas del perro. d. Analizar la antroposemiótica, es decir, estudio de la kinésia de la persona con autismo. Metodología: La presente investigación se ha llevado a cabo desde la metodología observacional, que es un procedimiento encaminado a articular una percepción deliberada de la realidad manifiesta con su adecuada interpretación, captando su significado, de forma que mediante un registro objetivo, sistemático y específico de la conducta generada de forma espontánea en un determinado contexto, y una vez se ha sometido a una adecuada codificación y análisis, nos proporcione resultados validos dentro de un marco específico de conocimiento (Anguera, 1988), es decir, es un procedimiento científico que permite estudiar la ocurrencia de comportamientos perceptibles, de forma que se registre (volcado de una parcela de la realidad sobre un soporte y utilizando un sistema de códigos) y cuantifiquen adecuadamente, lo cual implicará poder analizar relaciones de secuencialidad, asociación y covariación (Anguera y Blanco-Villaseñor, 2006; Anguera, 2010; Anguera, 2015). Y así sucede, en nuestra investigación, donde se estudió el flujo comunicativo creado entre el usuario con autismo y el perro de terapia, que es una conducta habitual y espontánea en su contexto natural, en este caso durante la sesión de Terapia Asistida con Animales. En nuestro estudio planteamos un diseño observacional de seguimiento intersesional (enriquecido con seguimiento intrasesional), nomotético y multidimensional (Anguera, Blanco y Losada, 2001). Nomotético, porque estudiamos a doce participantes y dos perros; de seguimiento intersesional, al haberse planificado una sesión de 45 minutos semanalmente durante tres meses, que se completo con un seguimiento intrasesional; y multidimensional dado que registramos la conducta no verbal y la conducta vocal o extralingüística, pero debemos tener en cuenta que se ha estudiado separadamente cada sesión, y en ella, la diada usuario-perro de terapia. El instrumento de observación utilizado para esta investigación está elaborado ad hoc tras haber realizado la fase exploratoria. Es una combinación de formato de campo y sistemas de categorías (Anguera, Magnusson y Jonsson, 2007), ya que el carácter multidimensional del diseño se traduce en las diversas dimensiones o niveles de respuesta del instrumento elaborado. Procedimiento: Antes de iniciar la tesis el primer paso consistió en asistir a varios cursos de especialización. Estos cursos fueron el de “técnico en terapia asistida con animales”, “experto en terapia asistida con animales” y “educación canina y etología”, realizados en los años 2013 y 2014. A la vez, se desarrolló el proyecto de investigación. En Julio de 2014 se presentó el proyecto de investigación a la “Asociación Catalana de Zooterapia”, en octubre de 2014 se realizó el curso “técnico en zooterapia nivel I” y se presentó el proyecto a la “Fundació Grup Catalonia”, comenzando con las sesiones de la fase exploratoria de la investigación. También se presentó el proyecto al Comité de Bioética de la Universidad de Salamanca, dando como resultado la aceptación de esta investigación. Se le pasó el formulario de consentimiento informado al gerente de la “Fundació Grup Catalonia”. Las sesiones de TAA se comenzaron a grabar en noviembre de 2014 hasta febrero de 2015, ambos meses incluidos, estas sesiones se realizaban los lunes y los jueves de 10:00 a 14:00, son sesiones grupales de 45 minutos, menos el caso de un usuario que eran sesiones individuales de 15 minutos. Las sesiones del grupo de menores se comenzaron a grabar después de que los tutores firmaran el formulario de consentimiento informado en abril de 2015 hasta junio de 2015, las sesiones eran en grupos diádicos los viernes de 16:30 hasta las 19:00, en sesiones de 45 minutos de duración. Las sesiones se grabaron con una cámara digital y posteriormente se pasaron al disco duro del ordenador y un disco duro externo para su almacenamiento. Se procedió con la codificación y registro de los datos, de acuerdo con Anguera et al. (1993, p.613), se entiende por registro a la “transcripción de la representación de la realidad por parte del observador mediante la utilización de códigos determinados, y que se materializa en un soporte físico que garantiza su prevalencia”; en esta investigación, se ha utilizado un registro sistematizado, para ello utilizamos el software LINCE (Gabin, Camerino, Anguera y Castañer, 2012), como se muestra posteriormente también utilizamos este software para el control de la calidad del dato. El control de la calidad de los datos es un requerimiento básico en la metodología observacional que nos permite detectar las fuentes de error o desviación en los datos observados (Blanco y Anguera, 2003), reduciendo cualquier defecto que pueda comprometer a la investigación. Para analizar la calidad de los datos se utilizó el coeficiente Kappa (k) de Cohen (1960), evaluando la concordancia intra-observador. Bakeman y Gottamn (1989) señalan que los valores óptimos de k son los superiores a 0,70; en este estudio el k obtenido varia entre el 0,9 y el 0,95, por lo que podemos decir que los resultados fueron excelentes para la concordancia. Análisis Comenzamos el análisis de los datos utilizando el análisis secuencial de retardos (Sackett, 1978; Bakeman y Gottman, 1989; Bakeman y Quera, 1995) mediante el software SDIS-GSEQ (Bakeman y Quera, 1995, 2011; Lapresa, Arana, Anguera y Garzón, 2013). El análisis secuencial de retardos es un conjunto de técnicas que pretenden detectar la existencia de patrones de conducta, o configuraciones estables de comportamiento, por encima de las probabilidades que otorga el azar, consiste en averiguar como cambian las probabilidades de ocurrencia de ciertas conductas en función de la ocurrencia previa de otras (Hernández-Mendo, 1996). El análisis secuencial proporciona frecuencias de apareo entre la conducta denominada criterio y el resto de las conductas mostradas por cada elemento de la interacción, denominadas conductas apareadas, es decir, el procedimiento parte de obtener frecuencias de apareo entre conductas a lo largo del tiempo que dura la interacción (Anguera, 1999). A partir de un número n de “lags” o retardos, en nuestro caso 5, se calculan los correspondientes estadísticos z, con lo que disponemos de una tabla formada por una matriz, la k×n, donde k es el número de categorías de que consta el sistema, y n el número de retardos que hemos tenido en cuenta. Como disponemos de 13 categorías y se ha hecho el calculo para 5 retardos, la matriz que se ha construido en este estudio es de tamaño 13x5. El análisis secuencial de retardos elimina las relaciones por azar, busca las relaciones de asociación significativa entre las conductas registradas, obtenemos los Residuos Ajustados (z) para los “Lag” o retardos (-5, 5), con las dos perspectivas de análisis (retrospectiva y prospectiva), y hace posible la detección de patrones de conductas. El análisis de coordenadas polares, se ha realizado a través del programa informático HOISAN, en nuestro caso la versión 1.6.3.3 (Hernández-Mendo et al, 2012), nos permite identificar la intensidad de las conexiones entre diversas conductas, reduciendo los datos mediante el parámetro Zsum (Cochran, 1954; Sackett,1980), combinando las perspectivas diacrónica y sincrónica, y obtener los valores relativos a los módulos y ángulos de los respectivos vectores representables gráficamente (Santoyo y Anguera, 1993). Así, la naturaleza de la relación de interacción, dependiendo del cuadrante donde se ubique, se representa por el ángulo, mientras el grado de intensidad dependerá del módulo del vector; de esta forma se eliminan aquellas relaciones diádicas espúreas y valida aquellas cuya relación exceda los niveles esperados por azar. Resultados: Una vez realizadas las grabaciones de las sesiones de terapia, se paso a su registro y codificación, teniendo en cuenta la calidad de los datos obtenidos, ulteriormente se realizó el análisis secuencial usando las conductas focales: a) mirada-mutua, b) expresión facial usuario–felicidad, c) expresión gestual perro-felicidad, d) señales afecto usuario-besar-pegar-abrazar-empujar-acariciar, e) señales de afecto perro-lamer-mover la cola, f) conducta vocal usuario-risa y g) conducta vocal perro-ladrido de petición, con las diferentes conductas condicionadas y posteriormente su correspondiente análisis de coordenadas polares. Grupo de adultos Conducta focal: señal de afecto de los usuarios, abrazar: Tabla 1: vectores de coordenadas polares parte 1. Grupo adultos, abrazar Categoría Cuadrante P.Prospectiva P.Retrospectiva Ratio Radio Ángulo mirada_. 11 II -0,99 0,91 0,68 1,34 137,14 mirada_. 12 III -4,43 -4,43 -0,71 6,27 (*) 225,03 mirada_. 13 I 5,7 5,53 0,7 7,94 (*) 44,15 mirada_. 14 III -1,97 -2,91 -0,83 3,51 (*) 235,93 ex_fac_usu_2U1 III -0,8 -0,8 -0,71 1,13 225 ex_fac_usu_2U3 III -0,48 -0,48 -0,71 0,68 225 ex_fac_usu_2U4 IV 3,75 -0,48 -0,13 3,78 (*) 352,73 ex_fac_usu_2U5 I 6,2 6,8 0,74 9,21 (*) 47,64 ex_fac_usu_2U6 III -0,48 -0,48 -0,71 0,68 225 ex_fac_usu_2U7 III -4,98 -5,21 -0,72 7,21 (*) 226,29 ex_gest_pe_2P1 III -2,88 -2,89 -0,71 4,07 (*) 225,11 ex_gest_pe_2P2 IV 0,16 -0,71 -0,97 0,73 282,92 ex_gest_pe_2P4 II -1,13 0,68 0,52 1,32 148,9 ex_gest_pe_2P5 II -0,64 0,96 0,83 1,15 123,39 ex_gest_pe_2P6 I 2,17 1,51 0,57 2,64 (*) 34,92 Leyenda: * marca los vectores significativos (radio ≥ 1,96). Tabla 2: vectores de coordenadas polares parte 2. Grupo adultos, abrazar Categoría Cuadrante P.Prospectiva P.Retrospectiva Ratio Radio Ángulo post_cuer_usu_3U111 III -3,67 -3,67 -0,71 5,18 (*) 225 post_cuer_usu_3U1121 III -1,28 -1,28 -0,71 1,8 225 post_cuer_usu_3U1122 III -2,11 -2,11 -0,71 2,99 (*) 225 post_cuer_usu_3U1123 III -1,3 -1,3 -0,71 1,84 225 post_cuer_usu_3U121 III -0,64 -0,64 -0,71 0,9 225 post_cuer_usu_3U122 III -0,93 -0,93 -0,71 1,32 225 post_cuer_usu_3U14 III -0,24 -0,24 -0,71 0,34 225 post_cuer_usu_3U211 I 4,76 4,77 0,71 6,74 (*) 45,01 post_cuer_usu_3U2121 I 4,77 2,86 0,51 5,57 (*) 30,97 post_cuer_usu_3U2122 III -1,56 -0,84 -0,47 1,78 208,32 post_cuer_usu_3U2123 II -1,13 2,46 0,91 2,71 (*) 114,64 post_cuer_usu_3U221 IV 0,39 -1,25 -0,96 1,31 287,09 post_cuer_usu_3U222 III -0,87 -0,87 -0,71 1,22 225 post_cuer_usu_3U23 III -1,13 -1,13 -0,71 1,6 225 post_cuer_usu_3U24 III -1,1 -1,1 -0,71 1,56 225 post_cuer_usu_3U32 III -0,34 -0,34 -0,71 0,48 225 post_cuer_usu_3U33 III -3,35 -3,35 -0,71 4,74 (*) 225 post_cuer_usu_3U34 III -0,48 -0,48 -0,71 0,68 225 post_cuer_pe_3P1 III -2,83 -4,93 -0,87 5,68 (*) 240,16 post_cuer_pe_3P2 I 1,78 2,27 0,79 2,89 (*) 51,87 post_cuer_pe_3P3 I 4,97 7,53 0,83 9,02 (*) 56,59 post_cuer_pe_3P4 III -1,72 -1,7 -0,7 2,42 (*) 224,78 Leyenda: * marca los vectores significativos (radio ≥ 1,96). Tabla 3: vectores de coordenadas polares parte 3. Grupo adultos, abrazar Categoría Cuadrante P.Prospectiva P.Retrospectiva Ratio Radio Ángulo orient_cuer_411 III -3,37 -3,37 -0,71 4,76 (*) 225 orient_cuer_412 III -2,75 -2,75 -0,71 3,89 (*) 225 orient_cuer_413 III -1,28 -1,28 -0,71 1,8 225 orient_cuer_421 III -7,34 -7,15 -0,7 10,25 (*) 224,24 orient_cuer_422 III -4,87 -5,33 -0,74 7,22 (*) 227,63 orient_cuer_423 I 22,55 22,79 0,71 32,06 (*) 45,31 orient_cuer_424 III -2,15 -2,15 -0,71 3,05 (*) 225 orient_cuer_431 III -2,14 -2,14 -0,71 3,03 (*) 225 orient_cuer_432 III -2,55 -2,55 -0,71 3,61 (*) 225 emblemas_512 III -0,34 -0,34 -0,71 0,48 225 emblemas_513 III -0,24 -0,24 -0,71 0,34 225 emblemas_515 III -1,62 -1,62 -0,71 2,3 (*) 225 emblemas_516 III -0,34 -0,34 -0,71 0,48 225 emblemas_517 III -0,83 -0,83 -0,71 1,18 225 emblemas_519 III -0,93 -0,93 -0,71 1,32 225 emblemas_5110 III -0,24 -0,24 -0,71 0,34 225 se�_afecto_usu_52U1 I 2,02 2,02 0,71 2,86 (*) 45 se�_afecto_usu_52U2 III -0,54 -0,54 -0,71 0,76 225 se�_afecto_usu_52U3 I 10,1 10,1 0,71 14,28 (*) 45 se�_afecto_usu_52U4 IV 3,75 -0,48 -0,13 3,78 (*) 352,73 se�_afecto_usu_52U5 I 6,5 6,14 0,69 8,94 (*) 43,4 se�_afecto_pe_52P1 I 0,17 3,87 1 3,88 (*) 87,46 se�_afecto_pe_52P2 III -2,66 -2,86 -0,73 3,9 (*) 227,09 se�_afecto_pe_52P3 III -0,48 -0,48 -0,71 0,68 225 Leyenda: * marca los vectores significativos (radio ≥ 1,96). Tabla 4: vectores de coordenadas polares parte 4. Grupo adultos, abrazar Categoría Cuadrante P.Prospectiva P.Retrospec. Ratio Radio Ángulo adaptadores_usu_53U2 III -3,59 -4,41 -0,77 5,69 (*) 230,8 adaptadores_pe_53P2 III -0,34 -0,34 -0,71 0,48 225 adaptadores_pe_53P3 I 1,37 3,63 0,94 3,88 (*) 69,37 cond_vocal_usu_6U1 II -0,6 2,49 0,97 2,56 (*) 103,53 cond_vocal_usu_6U5 III -0,9 -0,9 -0,71 1,27 225 cond_vocal_usu_6U6 III -2,39 -2,39 -0,71 3,38 (*) 225 cond_vocal_pe_6P11 III -0,48 -0,48 -0,71 0,68 225 cond_vocal_pe_6P14 II -1,28 0,06 0,05 1,28 177,09 cond_vocal_pe_6P31 III -0,48 -0,48 -0,71 0,68 225 Leyenda: * marca los vectores significativos (radio ≥ 1,96). Grupo de menores Conducta focal: señal de afecto del usuario, abrazar: Tabla 5:vectores de coordenadas polares parte 1. Grupo menores, abrazar Categoría Cuadrante P.Prospectiva P.Retrospectiva Ratio Radio Ángulo mirada_11 I 1,38 0,28 0,2 1,41 11,52 mirada_12 III -4,65 -2,6 -0,49 5,33 (*) 209,23 mirada_13 I 2,79 2,34 0,64 3,64 (*) 40,03 mirada_14 III -0,9 -0,9 -0,71 1,27 224,9 ex_fac_usu_2U1 III -1,06 -1,07 -0,71 1,5 225,24 ex_fac_usu_2U2 III -1,27 -1,27 -0,71 1,79 225 ex_fac_usu_2U3 III -0,69 -0,69 -0,71 0,97 225 ex_fac_usu_2U4 III -0,43 -0,43 -0,71 0,61 225 ex_fac_usu_2U5 I 3,75 2,69 0,58 4,62 (*) 35,69 ex_fac_usu_2U6 III -0,31 -0,31 -0,71 0,43 225 ex_fac_usu_2U7 III -4,14 -1,83 -0,4 4,52 (*) 203,86 ex_gest_pe_2P1 III -3,3 -3,1 -0,69 4,52 (*) 223,24 ex_gest_pe_2P2 III -2,54 -0,87 -0,32 2,69 (*) 198,94 ex_gest_pe_2P4 III -0,31 -0,31 -0,71 0,43 225 ex_gest_pe_2P5 III -0,31 -0,31 -0,71 0,43 225 ex_gest_pe_2P6 I 4,41 3,31 0,6 5,51 (*) 36,9 Leyenda: * marca los vectores significativos (radio ≥ 1,96). Tabla 6: vectores de coordenadas polares parte 2. Grupo menores, abrazar Categoría Cuadrante P.Prospectiva P.Retrospectiva Ratio Radio Ángulo post_cuer_usu_3U111 III -5,2 -7,23 -0,81 8,9 (*) 234,3 post_cuer_usu_3U1121 III -3,02 -3,34 -0,74 4,5 (*) 227,9 post_cuer_usu_3U1122 III -2,21 -1,07 -0,43 2,46 (*) 205,76 post_cuer_usu_3U1123 III -1,42 -2,89 -0,9 3,22 (*) 243,86 post_cuer_usu_3U121 II -1,24 1,98 0,85 2,34 (*) 122,03 post_cuer_usu_3U122 III -0,63 -0,63 -0,71 0,9 224,98 post_cuer_usu_3U13 III -0,53 -0,53 -0,71 0,75 225 post_cuer_usu_3U14 III -0,43 -0,43 -0,71 0,61 225 post_cuer_usu_3U211 I 3,45 5,65 0,85 6,62 (*) 58,62 post_cuer_usu_3U2121 IV 1,62 -0,04 -0,03 1,62 358,53 post_cuer_usu_3U2122 I 12,26 12,23 0,71 17,32 (*) 44,94 post_cuer_usu_3U2123 I 6,86 2,41 0,33 7,27 (*) 19,35 post_cuer_usu_3U221 I 0,28 0,72 0,93 0,78 68,69 post_cuer_usu_3U222 II -1,15 0,63 0,48 1,31 151,35 post_cuer_usu_3U23 III -1,72 -1,72 -0,71 2,43 (*) 225,09 post_cuer_usu_3U24 III -1,57 -1,57 -0,71 2,23 (*) 225 post_cuer_usu_3U31 II -0,26 1,52 0,99 1,54 99,74 post_cuer_usu_3U32 III -1,27 -0,46 -0,34 1,35 199,95 post_cuer_usu_3U33 III -2,19 -2,86 -0,79 3,6 (*) 232,58 post_cuer_usu_3U34 IV 0,99 -1,02 -0,72 1,42 314,07 post_cuer_pe_3P1 III -9,6 -6,59 -0,57 11,65 (*) 214,46 post_cuer_pe_3P2 I 3,67 0,53 0,14 3,7 (*) 8,23 post_cuer_pe_3P3 I 14,1 8,98 0,54 16,72 (*) 32,47 post_cuer_pe_3P4 III -3,11 -0,51 -0,16 3,16 (*) 189,23 Leyenda: * marca los vectores significativos (radio ≥ 1,96). Tabla 7: vectores de coordenadas polares parte 3. Grupo menores, abrazar Categoría Cuadrante P.Prospectiva P.Retrospectiva Ratio Radio Ángulo orient_cuer_411 III -4,01 -3,84 -0,69 5,55 (*) 223,75 orient_cuer_412 III -4,89 -5,44 -0,74 7,31 (*) 228,04 orient_cuer_413 III -3,08 -3,08 -0,71 4,36 (*) 225 orient_cuer_421 I 0,16 3,95 1 3,95 (*) 87,66 orient_cuer_422 IV 0,12 -2,11 -1 2,11 (*) 273,19 orient_cuer_423 I 27,67 24,85 0,67 37,19 (*) 41,92 orient_cuer_424 III -0,81 -0,81 -0,71 1,15 225 orient_cuer_431 IV 0,12 -0,74 -0,99 0,75 278,89 orient_cuer_432 III -2,82 -2,44 -0,65 3,73 (*) 220,9 emblemas_513 III -0,31 -0,31 -0,71 0,43 225 emblemas_514 III -0,43 -0,43 -0,71 0,61 225 emblemas_515 III -0,33 -0,33 -0,71 0,47 225 emblemas_516 III -0,31 -0,31 -0,71 0,43 225 emblemas_517 I 1,92 8,96 0,98 9,17 (*) 77,93 emblemas_518 III -0,43 -0,43 -0,71 0,61 225 emblemas_519 III -1,25 -1,3 -0,72 1,8 226,19 emblemas_5110 III -0,31 -0,31 -0,71 0,43 225 se�_afecto_usu_52U1 I 6,41 10,13 0,85 11,99 (*) 57,69 se�_afecto_usu_52U3 I 19,84 19,84 0,71 28,06 (*) 45 se�_afecto_usu_52U5 I 4,06 3,84 0,69 5,59 (*) 43,34 se�_afecto_pe_52P1 I 1,42 1,92 0,8 2,39 (*) 53,51 se�_afecto_pe_52P2 I 4,25 3,24 0,61 5,34 (*) 37,33 Leyenda: * marca los vectores significativos (radio ≥ 1,96). Tabla 8: vectores de coordenadas polares parte 4. Grupo menores, abrazar Categoría Cuadrante P.Prospectiva P.Retrospectiva Ratio Radio Ángulo adaptadores_usu_53U2 III -2,2 -2,2 -0,71 3,11 (*) 225 adaptadores_pe_53P2 III -0,31 -0,31 -0,71 0,43 225 adaptadores_pe_53P3 III -0,53 -0,53 -0,71 0,75 225 cond_vocal_usu_6U1 I 9,72 9,28 0,69 13,44 (*) 43,67 cond_vocal_usu_6U2 III -0,43 -0,43 -0,71 0,61 225 cond_vocal_usu_6U3 III -0,92 -0,26 -0,28 0,96 196,04 cond_vocal_usu_6U5 IV 6,33 -0,31 -0,05 6,34 (*) 357,23 cond_vocal_usu_6U6 III -2,37 -2,37 -0,71 3,35 (*) 225 cond_vocal_pe_6P11 III -0,43 -0,43 -0,71 0,61 225 cond_vocal_pe_6P14 I 3,64 2,88 0,62 4,64 (*) 38,37 cond_vocal_pe_6P31 III -0,53 -0,53 -0,71 0,75 225 Leyenda: * marca los vectores significativos (radio ≥ 1,96). Discusión y conclusiones La TAA en España está experimentando, en la actualidad, un gran auge y expansión (Martos-Montes et al., 2015), pero todavía no existe una regulación a nivel estatal de la misma, por lo que su implementación, la formación de sus trabajadores y la selección de los animales que intervienen en la misma recae en instituciones y empresas privadas. No existen, en España, protocolos de actuación, evaluación de los programas, o la obligación de tener en cuenta las consideraciones éticas y de bienestar animal. Son muy pocas las entidades que realizan TAA que enfoquen sus programas como estudios de investigación, por lo que pese al auge que está experimentando, adolece de bases empíricas científicas que avalen de manera fiable su uso en los diferentes ámbitos. Como hemos podido comprobar, cada vez hay más interés y se realizan más estudios sobre esta temática, en los cuales la metodología utilizada por la mayoría es la selectiva, que es una metodología que trata de obtener información cuantitativa sobre una población, utilizando diseños que controlen de modo externo las condiciones de producción de la conducta mediante la adecuada selección de las unidades de análisis y la sistematización de la recogida de información. Esta metodología enfatiza la generabilidad de la población que desea representar, en detrimento de un menor control interno y de considerar el contexto concreto como irrelevante para sus propósitos (Anguera, 2003). Es una metodología con una fuerte carga subjetiva dado que se trata de elicitar las respuestas, por eso nos planteamos la metodología observacional, como la más apropiada para este estudio. En muchas ocasiones, los efectos beneficiosos están basados en resultados anecdóticos, la muestra suele estar seleccionada según criterios de conveniencia, la mayoría carecen de adecuados procedimientos de control y suelen ser frecuentes los errores de diseño que comprometen su validez. Por todas estás razones creemos necesario la realización de estudios científicos sobre la TAA. Aunque todavía existe un largo camino por recorrer en términos de investigación, cada vez se dispone de mayor evidencia sobre la eficacia de utilizar animales como herramientas terapéuticas para las personas. En este sentido, un grupo de investigadores norteamericanos realizaron un meta-análisis sobre la eficacia de la terapia asistida con animales, a partir de once bases de datos científicos, la búsqueda en tres revistas que tienden a publicar estudios sobre la TAA, entre los años 1973-2004 (Anthrozoös, Applied Animal Behaviour Science y Society & Animals) y la búsqueda de las referencias de los estudios ya encontrados. Se identificaron 250 estudios sobre TAA, para seleccionar los estudios que se han incluido en el análisis se tomaron cuatro criterios: a) tratar sobre terapia asistida con animales y no sobre actividades asistidas con animales, b) la n tenía que ser como mínimo de 5 participantes, c) los estudios debían estar escritos en ingles, y d) proporcionar datos suficientes para calcular un posible efecto. Por último, solo se tuvieron en cuenta los estudios que contaban con grupo control, por lo cual de los 250 estudios, solo se analizaron 119 que son los que parecían cumplir con los criterios de inclusión. Los resultados sugieren que existen varios estudios que indican la eficacia de la terapia asistida con animales, pero no se indican condiciones bajo las cuales la TAA sería más beneficiosa que otras terapias, otro problema que surge de este análisis es que no existe una idea universal sobre la terapia asistida con animales (Nimer y Lundahl, 2007). Tenemos que tener en cuenta que, los efectos de la TAA podrían variar en función de la población a la que se aplica, de las particularidades culturales del país y del resto de las intervenciones terapéuticas que las acompañan. En definitiva, es necesaria más investigación para valorar de forma adecuada y global, el impacto de la incorporación de programas de TAA. El objetivo del presente estudio ha sido analizar los flujos comunicativos que se establecen entre la persona con TEA y el perro de terapia. Con esta finalidad se seleccionaron 12 participantes, que se dividieron en dos grupos tomando como criterio la edad, un grupo de 5 personas menores de 15 años y otro grupo de 7 personas mayores de 25 años. La metodología utilizada fue la observacional, y el instrumento de observación se creó ad hoc para este estudio. Primero, se grabaron las sesiones de TAA con una videocámara digital y utilizamos el software LINCE para registrar y codificar los vídeos, también lo utilizamos para controlar la calidad de los datos, el programa SDIS-GSEQ para realizar el análisis secuencial y por último el software HOISAN con el que se realizó un análisis de coordenadas polares, tomando como conductas focales: mirada mutua, expresión facial del usuario felicidad, expresión gestual del perro felicidad, besar, pegar, abrazar, empujar, acariciar, lamer, mover la cola, risa y ladrido de petición. Como conductas condicionadas todas las restantes. Las consideraciones éticas han estado presentes a lo largo de todo el proceso. Por un lado, el proyecto de investigación se ha sometido a la valoración del Comité de Bioética de la Universidad de Salamanca. En el caso de los perros, se ha aplicado desde el inicio, el principio de las cinco libertades (Patronek, 2010), por otro lado, los perros participantes en el estudio cumplían con los estándares éticos de las asociaciones internacionales dedicadas al perro de asistencia (Assistance Dogs Internacional, 2011). Para los usuarios, se pasó un formulario de Consentimiento Informado a los tutores de los mismos. El análisis de coordenadas polares nos ayuda a describir las interacciones que se establecen entre el usuario con TEA y el perro de terapia, teniendo en cuenta la combinación de las perspectivas prospectivas y retrospectivas. No hemos encontrado estudios sobre la comunicación entre la persona con TEA y el perro, por lo que no tenemos un marco teórico con el que comparar resultados, pero si podemos realizar un análisis comparativo con estudios similares. En relación con la conducta focal mirada mutua, los resultados para el grupo de adultos muestran que es más probable que junto con la conducta de mirada mutua aparezcan: la expresión de felicidad en la diada, posturas del cuerpo abiertas, búsqueda del contacto, y orientadas hacia el animal. Incluso si el animal se encuentra a su espalda, el usuario se gira para mirarlo, los usuarios dan muestras de numerosos emblemas, asentir con la cabeza, levantar y llamar con la mano al perro, señalarlo con el dedo, y el perro les corresponde con muestras de alegría y cariño, moviendo la cola y lamiendo al usuario; en cuanto a las conductas vocales mientras en el usuario se dan bostezos, el perro utiliza el gimoteo para llamar la atención del usuario. Por el contrario, cuando se da la conducta de mirada mutua no aparecen: en el usuario la cólera y la tristeza mientras que en el perro lo hace la relajación, la atención y la tensión, la postura del cuerpo evitando el contacto y la orientación mayoritariamente al lado. La mirada mutua no provoca aplausos en el usuario, ni pegar, ni empujar; inhibe las estereotipias motoras y las ecolalias, mientras que el perro no necesita ladrar para llamar la atención. En el grupo de menores se activan: en el usuario la sorpresa, la felicidad y la tristeza, mientras que el perro expresa atención y felicidad. La postura del cuerpo es abierta y buscando el contacto del perro, y en el perro, a diferencia de con los adultos, también se da la postura a cuatro patas, esto es debido al tamaño de los usuarios, los perros buscan el contacto con el usuario, al ser más altos los adultos el perro tiende a ponerse a dos patas, y con los menores, a cuatro patas ya están en contacto con ellos. En cuanto a la orientación del cuerpo sucede lo mismo que con el grupo de los adultos, enfrente, los menores ante la mirada del perro aplauden y levantan el pulgar en señal de OK, las señales de afecto son positivas en la diada, con besos, mover la cola y lamer. La conducta vocal en el usuario predominantemente es la risa con algún grito de excitación y en el perro los ladridos de llamada de atención y de petición. Se inhiben: la expresión de relajación del perro, las posturas que evitan el contacto entre la diada, la orientación del cuerpo que no se presenta es detrás, como al lado y encima. No se activa la negación con la cabeza y el señalar con el dedo, desaparecen las estereotipias motoras al igual que en el grupo de los adultos y la conducta vocal del perro de gimoteo de petición. Existen un par de estudios sobre la mirada del perro a la cara de la persona, podemos entender que se trata de mirada mutua, pero no analizan ningún otro criterio de comunicación inter-especie. Putrino et al. (2014) hallaron correlaciones significativas entre la sociabilidad y la mirada como respuesta comunicativa. Jakovcevic et al. (2012) hallaron que los perros más sociables persistían más en la mirada a la cara de las personas para pedir comida que los menos sociables. Estos dos estudios además utilizan la comida para captar y reforzar la conducta mirada, cuando ponemos comida a la vista del perro pero no a su alcance, este tiende a mirarte para pedir ayuda, para conseguir el recurso (Miklósi et al., 2003). En nuestro caso no utilizamos ningún señuelo, la conducta mirada se da espontáneamente tanto por parte de la persona como por parte del perro. En cuanto a la conducta focal felicidad del usuario, para el grupo de adultos se activan: las fijaciones visuales, y en el perro se dan conductas de relajación y felicidad. Las posturas del cuerpo del usuario se dan de pie y sentado con las extremidades superiores levantadas, mientras que la postura del perro es más relajada, sentado y tumbado; la orientación del cuerpo es mayoritariamente enfrente. En las señales de afecto tanto en el usuario como en el perro se dan positivas y negativas, las positivas besar, acariciar, abrazar y lamer, y negativas empujar y marcar (golpear con el hocico y la boca abierta). En este caso el usuario presenta estereotipias motoras, que se explica por la excitación de la felicidad y en consecuencia el perro presenta señales de calma. Como es lógico la conducta vocal del usuario es la risa y la del perro el ladrido de petición. Junto con la conducta de felicidad del usuario no se presentan las conductas de: no mirarse, la expresión del perro de atención, tensión y miedo. La postura del cuerpo del usuario más inerte, con los brazos caídos, mientras en el perro la postura que se inhibe es a cuatro patas, la orientación que más se desactiva es al lado. Señales del perro que no se presentan con la felicidad del usuario es la de mover la cola, ni tampoco los temblores, en cuanto a la conducta vocal en el usuario se desactiva las ecolalias y en el perro, los ladridos de llamada de atención. En el grupo de menores se activan, las fijaciones visuales sobre el perro, la expresión del perro de atención y felicidad. Las posturas del cuerpo mayoritariamente de pie y en el perro, a diferencia del grupo de adultos, a cuatro patas; la orientación se activan todas, en frente, al lado, detrás y encima. En los emblemas se activan aplaudir, levantar el pulgar en señal de ok y señalar al perro con el dedo. Las señales de afecto son positivas: besar, abrazar y mover la cola, aunque el perro presenta señales de calma. La conducta vocal del usuario, como es lógico, se da la risa, y a diferencia del grupo de los adultos, las ecolalias, al igual que en el perro con los ladridos de llamada de atención. Se inhiben: al igual que en el grupo de adultos, el no mirarse y la expresión del perro de relajación. La posición del cuerpo mayoritariamente sentado y sobre todo tumbado y en cuanto al perro a cuatro patas y tumbado, la orientación en posición de sentado enfrente y al lado, y en la posición de tumbado al lado y encima. Los emblemas que no se activan son negar con la cabeza y mandar callar colocando el dedo en los labios, al igual que las estereotipias motoras. En la conducta vocal solo en el caso del perro con el ladrido y gimoteo de petición. Como podemos extraer de los resultados, cuando el usuario está feliz, el perro está feliz, las posiciones son abiertas y la orientación busca el contacto mutuo, podemos ver una diferencia entre adultos y niños, en los adultos, la excitación por la felicidad provoca estereotipias motoras, mientras que en los niños se dan las ecolalias. En un estudio Levinson (1995) observó que los animales desempeñan un papel importante en la estabilidad emocional, la relación con los animales de compañía despierta el interés de relacionarse con los demás. En otro estudio del 1995, Robinson afirmó que estar con mascotas disminuye la ansiedad. Y las conclusiones de un estudio de 2011 fueron que, los animales de compañía proporcionan un apoyo psicológico para las personas, y amortiguan las experiencias negativas como el estrés, la ansiedad y el nerviosismo. Como hemos podido ver en los resultados, junto con la felicidad también se presenta nerviosismo tanto en los usuarios como en el animal, en este punto difieren los resultados con los otros estudios. En relación a la conducta focal de felicidad del perro, para el grupo de adultos se activan: las fijaciones visuales sobre el perro, las expresiones del usuario de sorpresa y felicidad; en cuanto a la postura, en el caso del usuario, es cuando se encuentra sentado y el perro a dos patas y sentado, la orientación mayoritariamente enfrente. El usuario se despide con la mano, haciendo el gesto de adiós; las señales de afecto son predominantemente positivas, aunque en el usuario también se activa el empujar. Como es natural la conducta vocal del usuario es la risa, aunque también encontramos el bostezo y en el perro el ladrido de petición. Se inhiben: las fijaciones visuales del perro sobre el usuario y la no mirada, la expresión que no aparece es la tristeza en el usuario. La postura predominantemente de pie, y en el perro a cuatro patas y tumbado, la orientación que no aparecen suele ser al lado o detrás. Los emblemas que se inhiben son el aplaudir y mandar callar con el dedo en los labios, las señales de afecto que se desactivan son negativas, en el usuario pegar y en el perro morder. Desaparecen las estereotipias motoras, las señales de calma y las ecolalias, y en el perro el ladrido de llamada de atención y el gimoteo de petición. En el grupo de menores se activan, las fijaciones visuales sobre el perro, y las expresiones, a diferencia del grupo de adultos, de miedo, cólera y felicidad, que se puede explicar por la conducta vocal del perro de ladrido de petición, dado que no conocen tan bien como los adultos, por las experiencias vividas, el significado del ladrido, por lo que la comunicación en este sentido no funciona y aparece el miedo y enfado. La postura del usuario es predominantemente de pie y en el perro se muestra que se dan todas menos tumbado, la orientación de pie en todas sus formas y sentado y tumbado cuando se encuentra el perro encima del usuario. El emblema que más se presenta es señalar con el dedo al animal, las señales de afecto son positivas por ambas partes, el usuario besa y abraza al perro, y el perro lame al usuario y lógicamente mueve la cola en muestra de su felicidad. La conducta vocal del usuario es la risa y el grito, que se produce al sentir miedo por la conducta vocal del perro, como hemos comentado anteriormente, de ladrido de petición. Se inhiben al igual que en el grupo de adultos, las fijaciones visuales del perro sobre el usuario y el no mirarse, la expresión que no se presenta es la de disgusto por parte del usuario. La postura del usuario predominantemente sentado, y la orientación al lado y detrás. No se presenta ni el aplauso, ni negar con la cabeza al igual que levantar el pulgar en señal de ok, no acaricia al perro y como viene siendo costumbre desaparecen las estereotipias motoras. Nos hemos encontrado con un problema en la comunicación inter-especie en el grupo de menores, los cuales sienten miedo al oir ladrar al perro, cuando en realidad este lo que intenta es que le pasen la pelota o lo acaricien. También debemos tener en cuenta los problemas que se derivan de la hipersensibilidad, en este caso a los sonidos, por lo que el ladrido del perro es muy molesto e incluso doloroso. El resto de las interacciones son positivas, de contacto visual y táctil, al igual que se da también felicidad en los usuarios. En un estudio se observó que, después de una interacción positiva entre un perro y un humano, el cortisol y otros indicadores de estrés disminuyen, mientras que los niveles de endorfinas y oxitocina, hormonas de la felicidad, aumentan en ambas especies (Odendaal y Meintjes, 2003). Estos resultados pueden explicar porque se presenta la felicidad tanto en el usuario como en el perro. En referencia a la conducta focal de besar, en el grupo de adultos se activan: la expresión de felicidad tanto en el usuario como en el perro, la postura del usuario sentado recto con los brazos caídos, al igual que la postura del perro, que es sentado y la orientación sentado encima. Se inhiben: la expresión de atención en el perro, estando tumbado y con el usuario sentado enfrente. En el grupo de menores se activan: las fijaciones visuales sobre el animal y la expresión de la diada es de felicidad. La postura del cuerpo es buscando constantemente el contacto con el perro mientras que este se sitúa sentado, con una orientación, del perro encima del usuario y al lado, es lógico si miramos que se trata de la conducta del usuario de besar al perro, el cual responde dando lametazos, que son muestras de cariño que nos dan ellos a nosotros. El perro muestra señales de calma y el usuario se ríe. Se inhiben: las fijaciones visuales del perro sobre el usuario y el no mirarse, las posturas del cuerpo de evitación del contacto, la orientación que no se presenta es la que evita el contacto de pie al lado, sentado al lado y tumbado encima. No se activan las estereotipias motoras y las ecolalias en el usuario, ni el ladrido de petición del perro. Podemos observar como la conducta de besar provoca felicidad en ambas partes y contacto positivo, mientras desaparecen las estereotipias y las ecolalias. Existe mucha divulgación sobre las TAA y los ámbitos donde se realizan, mayoritariamente no se tratan de estudios científicos y se basan simplemente en las sensaciones de los trabajadores, sin una metodología que lo respalde, por eso hemos creído conveniente no incluirlos en nuestro estudio. En cuanto a la conducta focal de pegar, en el grupo de adultos se activan: el no mirarse, la expresión del perro de relajación y como es lógico de tensión, el usuario sentado recto con los brazos al frente y el perro a cuatro patas enfrente del usuario. Se da el emblema de aplaudir y el usuario presenta estereotipias motoras. Se inhiben: las fijaciones visuales sobre el perro, como es lógico la expresión del perro de atención y felicidad. El usuario de pie y sentado recto con los brazos caídos mientras el perro está sentado, la orientación en relación a la diada que se inhibe es de pie enfrente, sentado al lado y encima. Como la conducta del usuario es pegar no se puede dar el afecto del perro de mover la cola ni el ladrido de petición. En el grupo de menores no se da la conducta de pegar. Con la conducta de pegar encontramos una gran diferencia entre los dos grupos, dado que solo se presenta en el grupo de los adultos, También observar que las interacciones donde se presenta esta conducta son negativas y no aportan nada a la diada. Existen algunos estudios en relación a la agresividad, Katcher y Wilking (1997) se dieron cuenta que los animales calmaban a los niños en el ámbito escolar, y gracias a esto se reducen las agresiones, como hemos visto, en el grupo de los niños no se presenta la conducta de pegar. También se ha documentado que un elevado porcentaje de delincuentes agresivos encarcelados habían maltratado animales en la infancia (Lembke, 1994; Ascione, 1992). En relación a la conducta focal abrazar, en el grupo de adultos se activan: la mirada del usuario hacia el perro, la expresión de ambos es de felicidad, el usuario sentado recto con los brazos caídos o arriba y el perro a dos patas o sentado encima de él. El perro lame al usuario y presenta señales de calma. Se inhiben: la mirada del perro al usuario y no mirarse, el perro no se muestra relajado, el usuario está de pie con los brazos al frente y el perro al frente y al lado tumbado, también el usuario tumbado con los brazos debajo del cuerpo con el perro al lado o encima a cuatro patas o tumbado. El perro no mueve la cola y el usuario ni aplaude, ni presenta estereotipias motoras, ni ecolalias. En el grupo de menores se activan: el usuario mira al perro, y ambos expresan felicidad, el usuario se encuentra sentado recto con el perro enfrente o encima, a dos patas o sentado. Llama con la mano al perro, el cual muestra su afecto lamiendo al usuario y moviendo la cola. La conducta vocal que se da en el usuario es la risa y en el perro el ladrido de petición. Se inhiben: la fijación visual del perro sobre el usuario, el perro no se muestra relajado o atento. El usuario de pie recto con el perro enfrente, al lado o detrás, a cuatro patas o tumbado, también el usuario tumbado con los brazos debajo del cuerpo con el perro encima. Desaparecen las estereotipias motoras y las ecolalias. Se deduce de los datos, que para que se produzca una interacción entre ambos es importante que el usuario establezca mirada con el perro, sin ser necesario que este lo mire a él; las expresiones suelen ser las mismas en la diada, que se puede explicar por el contagio emocional, siendo mayoritariamente la expresión de felicidad, mostrando su máxima expresión en la risa de los usuarios y el mover la cola junto con las caderas del perro; las posturas suelen ser abiertas y la orientación busca el contacto entre la diada. En cuanto a la conducta focal de empujar, en el grupo de adultos se activan: las fijaciones visuales del usuario sobre el perro, la expresión de ambos es de felicidad, el perro interpreta la acción de empujar como un juego. El usuario se encuentra recto con los brazos caídos, con el perro al lado o encima, a dos patas o sentado. El perro utiliza el ladrido de petición. Se inhiben: la mirada mutua y la atención en el perro. El usuario no se encuentra de pie recto con el perro a cuatro patas o tumbado; en el usuario desaparecen las estereotipias motoras. En el grupo de menores no se presenta esta conducta. Como hemos visto anteriormente con la conducta de pegar, en este caso tampoco aparece la conducta de empujar en el grupo de los niños. En el grupo de adultos, el perro toma como un juego la acción de ser empujado, por lo que los usuarios terminan tomándolo como un juego también. Tenemos que tener en cuenta que la conducta de empujarse, es una conducta de juego propia de la especie canina, cuando vemos dos cachorros jugando podemos observar conductas de empuje, mordidas, monta, etc., es un método de aprendizaje para la caza, como los perros ya no necesitan cazar para obtener su comida, estas conductas se mantienen como juego en la edad adulta. Un estudio con pacientes con Alzheimer, que seguían recibiendo el cuidado de sus familiares, sugirió que los arrebatos de agresividad y los episodios de ansiedad eran menos frecuentes entre los pacientes que tenían contacto regular con animales (Fritz et al., 1995). Williams y Jenkins (2008), en un estudio con perros de visita y personas con demencia, concluyeron que, la visita del perro relajaba a los usuarios, disminuía su apatía, agitación, agresividad y presión arterial. Nuestros resultados concuerdan con ellos, pero en nuestro caso sólo observamos la agresividad contra el perro en el ámbito de la terapia. En referencia a la conducta focal acariciar, para el grupo de adultos se activan: las fijaciones visuales del usuario sobre el perro, el usuario expresa felicidad, mientras que el perro muestra tensión además de felicidad. El usuario se encuentra mayoritariamente sentado recto con el perro encima o detrás, sentado o tumbado. El perro muestra su afecto lamiendo al usuario, aunque también presenta señales de calma mientras el usuario se ríe. Se inhiben: la mirada del perro sobre el usuario o no mirarse, el usuario no expresa sorpresa y el perro relajación. El usuario de pie con el perro enfrente, al lado o detrás, a cuatro o dos patas. El usuario no aplaude y el perro no mueve la cola y no presenta ladrido de petición, las estereotipias motoras y las ecolalias por parte del usuario no se presentan. En el grupo de menores se activan: las fijaciones visuales del usuario sobre el perro, los usuarios son bruscos al acercarse y acariciar al perro, por lo que el perro muestra por una parte relajación y por otra atención y miedo, consecuentemente el usuario expresa sorpresa, miedo y disgusto, esto también tiene que ver con la conducta vocal del perro de ladrido de petición. El usuario se encuentra sentado recto con los brazos al frente o sentado inclinado hacia delante, con el perro enfrente o encima, sentado o tumbado. El usuario niega con la cabeza, aplaude, grita y bosteza, mientras el perro presenta señales de calma. Se inhiben, es decir, no se presenta: la mirada del perro sobre el usuario o el no mirarse, la expresión de felicidad en el perro. El usuario de pie recto con el perro enfrente, al lado o detrás, a cuatro o dos patas, también sentado inclinado hacia atrás o a un lado con el perro al lado, también tumbado con los brazos sobre el cuerpo o debajo de este y el perro al lado o encima. El usuario no señala con el dedo, ni presenta estereotipias motoras ni ecolalias, mientras el perro no mueve la cola ni presenta gimoteo de petición. Otro problema en la comunicación que nos encontramos es por parte del perro, que al acercarse, el usuario, de forma brusca y por encima de su visión, no interpreta en un principio una caricia si no una posible agresión. La conducta que en un principio se entiende positiva, al producirse un problema en la comunicación inter-especie, se transforma en un episodio desagradable y aversivo, perdiendo así, todos los beneficios posibles del contacto entre ambos. Hemos encontrado un estudio sobre la TAA con niños con autismo, el cual concluye que en presencia del perro, el niño muestra, con más frecuencia y mayor duración, comportamientos positivos como la sonrisa y el contacto físico, y disminuye y tienen menor duración los comportamientos no deseados como la agresividad (Silva et al., 2011). En nuestro estudio es justo el grupo de niños donde nos encontramos el problema, sus conclusiones concuerdan más con el grupo de adultos. En relación a la conducta focal lamer, en el grupo de adultos se activan: la mirada mutua y la mirada del usuario sobre el perro, la expresión de ambos es de felicidad. El usuario se encuentra sentado recto con los brazos arriba o enfrente con el perro sentado encima, también tumbado con los brazos debajo del cuerpo y el perro encima. El usuario muestra su afecto abrazando y acariciando al perro, y su felicidad riéndose. Se inhiben: la mirada del perro sobre el usuario y el no mirarse, el perro no expresa relajación ni atención. El usuario de pie recto con el perro a cuatro patas o tumbado enfrente, al lado o detrás; también el usuario sentado inclinado hacia delante con los brazos caídos y el perro enfrente, al lado o detrás. No se presentan en el usuario las estereotipias motoras y en el perro el ladrido de petición. En el grupo de menores se activan: la mirada mutua y la mirada del perro sobre el usuario, el usuario muestra disgusto, se supone que es por la repulsión de ser lamido por el perro, y el perro expresa felicidad. El usuario se encuentra sentado con el perro sentado enfrente o encima. El usuario llama con la mano al perro, lo besa y abraza, y se ríe o bosteza. Se inhiben: la mirada del usuario sobre el perro y el no mirarse, el perro no se muestra relajado. El usuario de pie recto, con el perro a cuatro patas enfrente, al lado o detrás. El usuario no señala con el dedo. Con esta conducta también tenemos que tener en cuenta, por un lado, las creencias culturales y por otro la posibilidad de hipersensibilidad al tacto, por lo que el lamido del perro puede ser muy desagradable. Volvemos a encontrarnos con un problema de interpretación, lo que en un principio es una señal de cariño se transforma en un acto aversivo. En cuanto a la conducta focal mover la cola, en el grupo de adultos se activan: el mirarse y la expresión del perro de atención. El usuario está de pie con el perro a cuatro o dos patas enfrente, o también el usuario sentado inclinado hacia atrás con el perro enfrente o también el usuario tumbado con los brazos debajo del cuerpo con el perro encima. El usuario aplaude y bosteza mientras que el perro utiliza el ladrido de petición. Se inhiben: el no mirarse, la expresión en el usuario de felicidad o tristeza y en el perro de relajación, atención o tensión. El usuario de pie recto con los brazos caídos y el perro, sentado o tumbado, al lado o detrás, también el usuario sentado con el perro al lado, encima o detrás, y tumbado con los brazos sobre el cuerpo o levantados, con el perro al lado. El usuario no asiente con la cabeza, ni levanta la mano, ni llama al perro con la mano, ni lo señala con el dedo, y tampoco lo manda callar poniendo el dedo en los labios, no muestra su afecto hacia el animal pegando, ni abrazando, ni acariciando y no aparecen las ecolalias. El perro no presenta señales de calma. En el grupo de menores se activan: la mirada mutua y la del usuario sobre el perro, la expresión de felicidad se da en ambos, pero en el usuario además muestra cólera. El usuario se encuentra de pie recto con los brazos caídos o levantados a los lados, el perro se encuentra, a cuatro o dos patas, o sentado, enfrente, al lado o detrás, también con el usuario tumbado con los brazos debajo del cuerpo y el perro encima. El usuario señala con el dedo al perro y le muestra su afecto abrazándolo, mientras el perro realiza gimoteos de petición. Se inhiben: la no mirada, la expresión de disgusto en el usuario, y de relajación o atención del perro. El usuario sentado, con el perro tumbado enfrente, al lado o detrás. El usuario no acaricia al perro, ni niega con la cabeza, al igual que no aplaude, ni levanta el pulgar en señal de ok, tampoco presenta estereotipias motoras. El movimiento de cola del perro que observamos es la de alegría, con movimientos amplios y acompañado del movimiento de las caderas, es una señal de felicidad, podemos observar como la expresión del usuario también es de felicidad. En un estudio sobre la interpretación de las emociones del perro a través de la posición de la cola, con personas con discapacidad severa, los resultados dieron un reconocimiento del 93,75% de precisión (Phanwanich et al., 2011). En relación a la conducta focal risa, en el grupo de adultos se activan: el usuario muestra sorpresa y felicidad, mientras que el perro se muestra relajado y feliz. El usuario se encuentra sentado recto con los brazos extendidos al frente, con el perro tumbado enfrente o encima. El usuario muestra su afecto acariciando al perro y este le corresponde lamiéndole. Se inhiben: las fijaciones visuales del usuario sobre el perro, y este no muestra atención. El usuario de pie recto con los brazos arriba o al frente, con el perro a cuatro patas enfrente o detrás. El perro no utiliza el ladrido de petición. En el grupo de menores se activan: la mirada mutua o del usuario sobre el perro, ambos muestran felicidad y el usuario también muestra sorpresa. El usuario se encuentra de pie, con el perro sentado enfrente, también el usuario sentado recto con los brazos caídos y el perro encima. El usuario muestra su afecto besando y abrazando al perro, y este le corresponde lamiéndole. El perro realiza ladridos de petición y el usuario aplaude o llama con la mano al perro. Se inhiben: el no mirarse y las fijaciones visuales del perro sobre el usuario, el perro no se muestra relajado ni atento. El usuario de pie recto con los brazos levantados a los lados, y el perro, a cuatro patas o tumbado, al lado o detrás del usuario, otra postura que se inhibe es el usuario sentado con el perro al lado y también el usuario tumbado con los brazos debajo del cuerpo con el perro encima. El usuario no señala con el dedo, ni se presentan estereotipias motoras ni ecolalias. Ante la conducta de risa, podemos ver una gran coincidencia entre ambos grupos, la díada muestran felicidad y se encuentran en contacto, otra vez se inhiben las estereotipias motoras y las ecolalias. Messent (1984) observó que cuando un perro está cerca de un grupo de personas, es mucho más probable que ayude a estimular el inicio de conversaciones, de risas y el intercambio de experiencias. Otro estudio que corrobora esto es el de Cusack y Smith (1984), quiénes han demostrado que cuando perros y gatos visitan un centro asistencial se producen más sonrisas, risas y comunicación. Con los resultados podemos intuir que el perro estimula la risa en las personas. En referencia a la conducta focal ladrido de petición, en el grupo de adultos se activan: la mirada del perro sobre el usuario y del usuario sobre el perro, la expresión en ambos es de felicidad. La postura del usuario es de pie buscando el contacto con el perro y el perro a dos patas enfrente, también estando el usuario sentado con el perro enfrente. La señal de afecto del usuario es empujar, el perro se lo toma como un juego y mueve la cola. Se inhiben: la no mirada y la expresión del perro de relajación, atención y tensión. El usuario de pie con el perro tumbado al lado o detrás, otra postura que no se presenta es el usuario sentado recto con los brazos extendidos al frente y el perro al lado o detrás, o también estando el usuario tumbado con los brazos debajo del cuerpo con el perro al lado o encima. Las señales de afecto del usuario que se inhiben son pegar y acariciar, y del perro lamer. El perro no muestra señales de calma y el usuario risa y ecolalias. En el grupo de menores se activan: la mirada mutua y las fijaciones visuales del usuario sobre el perro, la expresión del usuario es de miedo y la del perro de felicidad, aquí podemos ver un problema de comunicación, el usuario interpreta el ladrido de petición como un ladrido de agresividad. El usuario se encuentra sentado recto con los brazos al frente, con el perro, a dos patas o tumbado, enfrente o encima, también el usuario se encuentra tumbado con el perro al lado o encima. El usuario muestra su afecto abrazando y acariciando al perro, al igual que niega con la cabeza y manda callar al perro poniendo el dedo sobre los labios, la conducta vocal que presenta es la risa, el llanto y el grito. Se inhiben: la mirada del perro sobre el usuario y el no mirarse, la expresión que no se produce en el usuario es la de felicidad y en el perro de relajación. El usuario de pie recto con el perro, a cuatro patas o sentado, al lado o detrás, también el usuario sentado recto con los brazos arriba y el perro al lado. El usuario no señala con el dedo, ni besa al perro, ni presenta ecolalias. A la luz de los datos obtenidos de este estudio podemos afirmar, que por norma general, la comunicación entre la persona con TEA y el perro de terapia es positiva. Observamos problemas de comunicación en el grupo de menores con la interpretación del ladrido de petición, el cual es visto como una agresión, esta diferencia con el grupo de adultos puede ser debida a la poca experiencia vital por parte de los menores, lo cual se puede solucionar explicando a los usuarios que la forma de “hablar” de los perros es mediante el ladrido, y que esto no significa que el animal este “enfadado”. En un estudio sobre la detección de patrones temporales en la interacción humano-perro en tareas cooperativas, sugieren que existe una comunicación entre el perro y su dueño, que dura más que la serie de acciones (Kerepsi, 2005). Existen varias diferencias en cuanto al planteamiento de este estudio con el nuestro, el primero es que en este estudio observan las interacciones entre el perro y su dueño, donde ya existe confianza y conocimiento mutuo, mientras que en el nuestro, la comunicación se establece entre una diada que al inicio no se conocen y aun así se establecen interacciones y con ellas comunicación inter-especie. La segunda es que en el estudio de Kerepsi solo se miran tiempos de interacción, mientras que en el nuestro se profundiza en las conductas comunicativas de la diada. El estudio de Martín y Farnum (2002) es el más interesante para nuestro estudio, ellos lo realizaron sobre el potencial de los perros como ayudantes terapéuticos con niños con trastornos generalizados del desarrollo, aquí podemos encontrar una distinción con nuestro estudio, aunque sea en los términos, para nosotros el perro no es un coterapeuta, sino una herramienta con la que ayudarnos para realizar las terapias. En este estudio concluyeron que con el perro había más risas, aumento del contacto visual, los niños interactuaban con el animal, permanecían más tiempo concentrados y respondían más a las solicitudes del terapeuta, pero también observaron un mayor aleteo de manos, menos contacto visual con el terapeuta y menos contacto físico con el perro que con los otros estímulos. En este estudio se analizaba la comunicación por un lado del niño con el perro y por otra del niño con el terapeuta en presencia del perro, en nuestro estudio analizamos la comunicación entre la diada persona-perro. En las conclusiones también encontramos diferencias dado que en nuestro estudio podemos ver como las estereotipias motoras, como el aleteo de manos, disminuyen en las interacciones con el animal, al igual que buscan el contacto entre ellos. Datos muy interesantes que se obtienen de este estudio son la gran cantidad de emblemas que muestra el usuario en las sesiones de terapia, especialmente el señalar con el dedo al animal, mandar callar al perro poniendo el dedo en los labios o mostrar el signo de ok levantando el pulgar. Igual de interesante es, que mientras se producen interacciones entre la diada en las sesiones de TAA, el usuario no presenta o se presentan de forma muy disminuida, las estereotipias motoras y las ecolalias. Este estudio también presenta dificultades, por un lado la n es pobre, solo doce usuarios y dos perros, por otro, solo se analizan las interacciones en el tiempo que dura la terapia, por lo que no podemos saber si la felicidad, la disminución de estereotipias, las fijaciones visuales o el empleo de los emblemas se utilizan en otros ámbitos, se generalizan. Este estudio solo es el inicio de un posible campo de investigación, por lo que sería interesante seguir realizando estudios en este ámbito, para realizar protocolos de actuación que ayuden a mejorar la calidad de vida de estas personas. Referencias Abate, S.; Zucconi, M. and Boxer, B. (2011). Impact of canine-assisted ambulation on hospitalized chronic heart failure patients ambulation out comes and satisfaction: a pilot study. Journal of Cardivascular Nursing, 26 (3), 224-230. Ackoff, R. L. (1957). Towards a Behavioral Theory of communication. In W. Buckley (Ed.) Modern systems research for the behavioral scientist (pp. 209-218). Chicago: Aldine. McInnes, A. (2002). Una revision de la genetica del autism. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 84, 13-24 American Academy of Pediatrics (2001). The pediatrician`s role in the diagnosis and management of autistic spectrum disorder in children. Pediatrics, 107, 1221-1226. American Psichiatric Association (2014). 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