Tendencia de la prevalencia de la obesidad infantil y adolescente en Oviedo durante las décadas 1992-2012
- Juan José Díaz Martín Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad de Oviedo
Fecha de defensa: 2014(e)ko iraila-(a)k 15
- Serafín Málaga Guerrero Presidentea
- José Manuel Marugán de Miguelsanz Idazkaria
- Vicente Varea Calderón Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Los últimos cálculos de la Organización Mundial de la Salud, OMS (2012) estiman que la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, existiendo consenso internacional en considerar que la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. La obesidad infantil tiene importantes repercusiones sobre la calidad de vida del niño acarreando múltiples comorbilidades si persiste en la edad adulta. Entre las principales patologías asociadas a la obesidad se encuentran las siguientes: diabetes mellitus no insulino dependiente, disfunción vesicular, dislipemias, resistencia a la insulina, enfermedad coronaria, hipertensión arterial, disnea, apnea del sueño, cáncer de mama, cáncer de endometrio, cáncer de colon, atrosis de rodilla, lumbalgia, hiperuricemia, alteraciones en las hormonas reproductivas, anormalidades fetales, síndrome de ovario poliquístico, alteraciones de la imagen corporal, alteraciones de la personalidad y trastornos alimentarios. Uno de los grupos etarios que se considera prioritario para la prevención de la obesidad es la población infantil, ya que se sabe que un niño obeso tiene muchas posibilidades de ser un adulto obeso (Lama More et al 2006). En 2010, alrededor de 43 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso (OMS 2011). En el plano mundial, el sobrepeso y la obesidad están relacionados con un mayor número de defunciones que la desnutrición. Por ejemplo, el 65% de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas que la desnutrición. Estos países incluyen a todos los de ingresos altos y la mayoría de los de ingresos medianos. En la actualidad, estimaciones de la International Obesity Task Force (IOTF) preparadas para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, OECD (2012) en Europa muestran que uno de cada cinco niños se ven afectados por sobrepeso. Estas cifras aumentan anualmente a razón de 400.000 nuevos casos de niños obesos (MSC 2008) sumándose a los 12 millones o más que ya tienen sobrepeso (IOTF 2010). España no es una excepción en el contexto europeo. La prevalencia de obesidad infanto-juvenil en España se encuentra entre las mayores de Europa, junto con Malta, Italia, Reino Unido y Grecia (Wang & Lobstein 2006; Lobstein & Frelut 2003), sin embargo, estudios recientes como ALADINO (MSPSI 2011) o Sánchez et al (2012), sugieren que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en España tiende a estabilizarse, tendencia que sitúa a España en la línea evolutiva de la mayoría de países europeos y occidentales cuyos estudios (Olds et al 2012; Cattaneo et al 2010) surgieren que el aumento de la prevalencia ha disminuido notablemente, o incluso tocado techo. La magnitud del problema de la obesidad infanto-juvenil en España hace que se configure como un problema de primer orden en salud pública sobre el cual es necesario actuar con celeridad, diseñando estrategias de actuación encaminadas a la detección de individuos de riesgo, diagnóstico temprano y abordaje integral del problema. Con el fin de combatir esta epidemia emergente, las tendencias en la prevalencia de obesidad y sobrepeso deben ser monitorizadas. Esta vigilancia debe llevarse a cabo partiendo de definiciones universales para obesidad, sobrepeso y normopeso (Lobstein y Frelut 2003) que permitan el análisis comparativo más allá de nuestras fronteras. El presente estudio fue diseñado con el propósito de determinar la tendencia secular de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infanto-juvenil entre niños de 5 a 14 años desde 1992 hasta 2012 en la ciudad de Oviedo, noroeste de España. Participantes y Métodos En este estudio se analizaron las tendencias de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños en edad escolar para tres secuencias temporales consecutivas 1992, 2004-06 y 2012. Para los tres estudios de corte realizados a lo largo de las dos últimas décadas, la población diana se extrajo de 5 colegios de la capital: 3 colegios públicos de educación primaria (C.P. Baudilio Arce, C.P. Gesta I y C.P. Gesta II) y 2 de educación secundaria (I.E.S. Aramo e I.E.S. Alfonso II). Los colegios fueron seleccionados por su proximidad al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), con una distancia inferior a 500 metros entre los mismos. Toda la población escolar de los 5 centros elegidos fue incluida en el estudio sin exclusión alguna. Los niños y adolescentes invitados a participar en el estudio fueron informados, y se obtuvo consentimiento informado explícito en forma de carta enviada al inicio del curso académico a sus padres y/o tutores. Previo al inicio del estudio, el Comité Ético de Investigación Clínica del Principado de Asturias (HUCA) concedió licencia para realizar este proyecto de investigación. Posteriormente, se notificó la realización del mismo a la Fiscalía de Menores, y se obtuvieron los permisos de los centros escolares colaboradores. El trabajo de campo empezó el 17 de Septiembre de 2012 y concluyó el 16 de Noviembre de 2012. Se cuantificó el peso con una báscula de piso (precisión 0,1 kg) y la talla con un estadímetro portátil (precisión 0,1 cm) con el paciente descalzo y vistiendo ropa ligera. El índice de masa corporal (IMC) se calculó como el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la altura en metros. La definición de sobrepeso y obesidad se estableció mediante una estimación de percentiles promedios de acuerdo a los criterios del IOTF (Cole et al 2000) elaborados mediante una proyección matemática de los valores correspondientes a la definición de obesidad (IMC> 30 kg/ m2) y sobrepeso (IMC> 25 kg/ m2) a los 18 años hacia las edades anteriores. Análisis estadístico de los resultados Las mediciones fueron recogidas en una base de datos creada ad hoc, y se analizaron utilizando el paquete estadístico IBM Statistical Package for the Social Sciences, SPSS Statistics, versión 20.0 para Windows 7, mediante medidas de tendencia central, dispersión y correlación. Los resultados se expresaron como media y desviación estándar (DE) de la media (x ± DE), y se utilizaron pruebas de análisis de la varianza (ANOVA) para valorar las diferencias entre grupos de 3 medias. En aquellos casos en los que el test ANOVA demostró existencia de diferencias significativas, se compararon las medias dos a dos mediante el análisis post hoc de Bonferroni. La determinación de la diferencia en la prevalencia de obesidad y sobrepeso y su comparación entre los cortes temporales se realizó mediante pruebas de x2 de Pearson para comparación de proporciones. Se consideró significación estadística cuando el valor p era <0.05. Resultados 734 niños participaron en el estudio en 1992, 735 niños en 2004-06 y 709 niños en 2012. La muestra total consistió en 2.178 alumnos sin diferencias significativas en la composición por sexo y edad. El IMC fue significativamente menor en el año 2012 que en los dos puntos de corte precedentes (p < 0,001). Es posible detectar dos tendencias evolutivas para la prevalencia de obesidad. Primero se observa un aumento significativo de +3,5% en la prevalencia de obesidad entre los años 1992 (4,9%) y 2004-06 (8,4%, p = 0,01), para posteriormente, en el año 2012, descender significativamente (-3,3%) respecto a 2004-06 (p = 0,01) hasta niveles similares a los observados en el año 1992. Respecto a la prevalencia de sobrepeso, obtenemos un descenso de 8,2% en 2012 (17,7% de niños con sobrepeso) respecto a la muestra de 2004-06 (25,9%, p= 0,0001), y de 6,9% respecto a 1992 (24,6%, p = 0,004). Al estratificar por edad, el grupo de 11 años en adelante, presentó un descenso significativo de la prevalencia de obesidad, -4,7% (8,8% en 2004-06 vs. 4,1% en 2012, p = 0,021), y no significativo para los menores de 11 años (8,2% en 2004 vs. 5,8% en 2012, p = 0,159). Al estratificar por sexos se observa un descenso significativo de la prevalencia de obesidad en hombres de 4,2% (9,6% en 2004-06 vs 5,4% en 2012, p = 0,027), mientras que en mujeres no alcanza significación estadística (7,1% vs. 4,6%, p = 0,17). En el periodo 2004/06-2012, la disminución en la prevalencia de sobrepeso + obesidad es significativa para ambos sexos, -12,8% en varones y -10% en mujeres (35.9% vs. 23,1%, P < 0,001; 32,6% vs. 22,6%, p = 0,004%). Es decir, la prevalencia de obesidad fue más marcada en varones y en edades prepuberales. El número de niños diagnosticados con sobrepeso según el criterio establecido por el ETEC (244 niños con sobrepeso) es muy similar al determinado por enKid usando las tablas de referencia de la Fundación Orbegozo (257 niños), no obstante, sendas estimaciones fueron sistemáticamente inferiores a las previstos por la clasificación diagnóstica del IOTF (497 niños), que dobla su número de casos. Cuando se hace uso de los criterios enKid e IOTF, las prevalencias para obesidad quintuplican o cuadruplican (176 niños obesos; 134 niños) respectivamente, la prevalencia establecida por el criterio ETEC (38 niños), por lo tanto, parece ser que este último subestima la prevalencia de la obesidad en niños y adolescentes. Discusión En 2006, Lobstein y Wang examinaron las tendencias mundiales sobre obesidad infantil en 25 países para la población en edad escolar. Observaron que la incidencia de la obesidad infantil estaba aumentando virtualmente en casi todos los países industrializados, en los cuales hay datos disponibles a excepción de Rusia y Polonia que muestran un descenso. Desde la década de los años 70 a finales de los años 90 los índices de sobrepeso y obesidad en niños en edad escolar se duplicaron y triplicaron en países, de la mayoría de las regiones, como Canadá y Estados Unidos (EEUU) en Norteamérica; Brasil y Chile en Sudamérica; Australia y Japón en el Pacífico; y Finlandia, Alemania, Grecia, España e Inglaterra en Europa. Por otro lado, recientes estudios de la OECD (2012) proporcionan una fuerte evidencia de que la progresión de la epidemia ha llegado efectivamente a un punto muerto en los últimos 10 años en países como Corea del Sur Suiza, Italia, Hungría e Inglaterra, donde las tasas de obesidad infantil se han estabilizado. Sin embargo, sutiles incrementos se registraron en Irlanda, Canadá y EEUU aunque con algunas fluctuaciones en el último caso. Entre 1992 y 2006 hemos advertido un aumento de la prevalencia de obesidad infanto-juvenil en Oviedo, pero hasta ahora, en nuestro conocimiento, la tendencia descendente observada en 2012, constituye la primera observación en este sentido en nuestro país. La tendencia secular de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infanto-juvenil en Oviedo desciende con el devenir del tiempo y es especialmente llamativa en los últimos 7 años (2005 ¿ 2012). En el período puberal, entre los 11 y los 14 años de edad, es donde se observa una mayor disminución en las cifras de peso y de IMC. Sánchez Cruz et al (2012) realizan un estudio transversal sobre una muestra probabilística estratificada por conglomerados y polietápica, representativa de la población española, de 978 niños entre los 8 y los 17 años. Cuando se aplicaron los criterios de enKid a sus datos y se compararon las prevalencias actuales de la obesidad en España con la población de referencia del estudio enKid 2000, los niveles de sobrepeso y obesidad, aparentemente, se han mantenido estables o han descendido ligeramente. En Reino Unido, la tendencia ascendente en la prevalencia de obesidad infantil ha sido ampliamente documentada (Health & Social Care, H&SC 2012). Una tendencia al aumento se puede observar entre los años 1995 (11,5% de niños obesos de edades comprendidas entre 2-15 años) y 2004 (18,5%), sin embargo parece que hay una deceleración de la prevalencia de la obesidad infantil desde 2004 hasta la actualidad (14% in 2012) más notable, sobre todo, entre los niños mayores. Tendencias evolutivas similares se registraron en los EEUU, donde el aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil ha sido bien documentada desde 1960. En 2011, el Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York (Centers for Disease Control and Prevention, CDC 2011) analizó los datos referentes al IMC en niños en edades comprendidas entre 8-14 años inscritos en escuelas públicas. De 2006 a 2011, la prevalencia global de la obesidad en niños escolarizados en edades comprendidas entre 5 y 14 años se redujo significativamente entre los niños de todas las edades, etnias y niveles socioeconómicos, pasando de 21,9% en 2006 a 20,7% en 2011. En Pensylvannia, la prevalencia de la obesidad en niños de edades 5 a 18 años se redujo del 21,5% en 2006 al 20,5% en el período 2009-2010 (Robbins et al 2012). La obesidad y la obesidad severa fueron más frecuentes entre los estudiantes de 6º y 8º grado (11 a 14 años de edad). No sucede lo mismo con nuestros resultados que ponen de manifiesto un notable descenso del porcentaje de población infanto-juvenil con exceso de peso en Oviedo (22,8%) en relación con el contexto autonómico, nacional y europeo. La obesidad infantil se ha convertido en una epidemia global, pero nuestra comprensión de la magnitud del problema es limitada debido a la falta de datos representativos de diferentes países potencialmente comparables, así como al uso de diferentes criterios para definirla. La decisión de utilizar el IMC se apoya en las recomendaciones formuladas por la IOTF (Bellizzi & Dietz 1999), con la inclusión del P85 para la definición de sobrepeso y del P95 para la obesidad, o su equivalencia a un IMC de 25 y 30 kg/m2 respectivamente, procesados mediante una extrapolación matemática desde los valores de sobrepeso y obesidad en el adulto hacia edades infantiles (Cole et al 2000), parece una solución aceptable, y son susceptibles de comparación internacional. No obstante, los resultados varían considerablemente cuando se utilizan diferentes valores de referencia. Por ejemplo, los puntos de corte del IOTF son más altos para clasificar la obesidad y más bajos para sobrepeso con respecto a los valores de referencia enKid, y por lo tanto, cuando se utilizaron los valores IOTF en nuestro estudio, se observó una prevalencia de obesidad del 5,1%, frente al 6,6% obtenido con los valores de referencia enKid. Si esto es un fiel reflejo de la realidad, las estimaciones para el exceso de peso obtenidas con nuestros datos (16,1%) mediante el uso del criterio diagnóstico enKid, aplicando las tablas de la Fundación F. Orbegozo, son mucho más bajas que las obtenidas con el IOTF (22,8 %), pero mayores a las del ETEC (10,2%). Estas diferencias son especialmente evidentes en adolescentes (Díaz Martín et al 2008). Es evidente el sobrediagnóstico para obesidad en ambos sexos empleando los puntos de corte de enKid y el criterio de la IOTF, así como sugerente es el subdiagnóstico siguiendo el criterio del ETEC. Por tanto, la clasificación de la IOTF ha demostrado tener una alta especificidad pero baja sensibilidad, razón por la cual muchos países siguen utilizando sus propios criterios para definir sobrepeso y obesidad, entre ellos España y EEUU, cuyos estándares se basan en estudios de referencia nacional. Debido a la ausencia de criterios universales ampliamente aceptados, así como la falta de datos representativos para completar estudios internacionales, la obesidad continúa siendo objeto de numerosas investigaciones que siguen adoleciendo de una falta de criterios comparativos claros y consensuados. El uso de un sistema de clasificación universal para la obesidad infantil (una referencia internacional) puede ayudar a facilitar comparaciones internacionales, sin embargo, esta práctica también podría plantear algunas preocupaciones metodológicas serias al emplearse para realizar estudios comparativos transculturales (Duncan et al 2009; Wang & Wang, 2000). En resumen, las prevalencia de sobrepeso y obesidad infanto-juvenil en Oviedo han disminuido significativamente en los últimos 7 años. A pesar de la disminución en la prevalencia de sobrepeso y obesidad observada, es necesario continuar implementando medidas preventivas, ya que en cualquier caso el número de niños y adolescentes con exceso de peso todavía es elevado. La prevención de la obesidad en los primeros años de la infancia confiere toda una vida de beneficios para la salud. Una buena nutrición y la actividad física pueden ayudar a prevenir la obesidad y es el camino más prometedor para darle un giro a la tendencia ascendente de la epidemia. Confiamos que estas observaciones podrán emplearse a nivel regional para empoderar e impulsar iniciativas locales de salud comunitaria e informar en la planificación y la prestación de servicios sociosanitarios para los niños.