Calidad de vida y factores asociados en la esquizofrenia

  1. Gutiérrez López, María Isabel
Zuzendaria:
  1. María Ángeles Alcedo Rodríguez Zuzendaria
  2. Yolanda Fontanil Gómez Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 2015(e)ko uztaila-(a)k 10

Epaimahaia:
  1. Elena García Vega Presidentea
  2. Yolanda Alonso Fernández Idazkaria
  3. Elsa Peña Suárez Kidea
Saila:
  1. Psicología

Mota: Tesia

Teseo: 390723 DIALNET lock_openRUO editor

Laburpena

El presente trabajo de investigación se ha realizado con el objetivo de ampliar el conocimiento existente en torno a la calidad de vida así como aquellos aspectos influyentes en la misma, en población con diagnóstico de esquizofrenia. La esquizofrenia es un trastorno mental grave altamente discapacitante debido al severo déficit funcional personal, social y laboral que frecuentemente origina. Asimismo, es una causa de importante sufrimiento tanto para la propia persona como para sus familiares y seres cercanos. Es por ello que en los últimos años el interés por conseguir una vida de calidad se ha forjado como un objetivo indiscutible dentro de todas las políticas socio-sanitarias ya que permite una atención integradora y multidimensional teniendo en cuenta las preferencias y necesidades de la persona. La calidad de vida ha pasado a ser un aspecto prioritario dirigido a favorecer el poder gozar de una vida más plena y satisfactoria. A pesar de que en la actualidad contamos con una amplia bibliografía en torno a esta temática es una cuestión que dista de estar esclarecida ya que los trabajos realizados hasta la fecha arrojan resultados contradictorios. De esta forma, se hace necesario continuar trabajando en esta línea con el objetivo de conseguir modelos teóricos que cuenten con un fuerte apoyo empírico. Por otra parte, la mayor parte de los estudios existentes centran su interés en determinar qué aspectos resultan predictores de la calidad de vida, y de ellos, la psicopatología es, con diferencia, el factor más estudiado. Sin embargo, otras cuestiones de índole socio-cultural han suscitado un menor interés en su investigación, a pesar de la importancia reconocida que estos aspectos ejercen en la vida de las personas (Hales y Yudofsky, 2004). A partir de este planteamiento se ha diseñado el presente trabajo de investigación en el que han participado 68 personas, todas ellas con diagnóstico de esquizofrenia desde hace más de 2 años, estables en el momento de la evaluación, y pertenecientes a dos áreas geográficas diferenciadas: una de carácter urbano y otra de carácter rural. Para la evaluación de la calidad de vida se utilizaron dos cuestionarios: El WHOQOL-BREF (World Healt Organization. WHOQOL Group, 1996) para la calidad de vida subjetiva y la QLS (Heinrichs, Hanlon y Carpenter, 1984) para una valoración externa de la calidad de vida. Además, se tomaron en cuenta otra serie de variables: los datos sociodemográficos, la psicopatología evaluada a través de la escala PANSS (Kay, Fiszbein y Opler, 1987), el funcionamiento global medido con la escala GAF (American Psychiatric Association, 2002), el funcionamiento social mediante la escala SFS (Birchwood, Smith, Cochrane, Wetton y Copestake, 1990) y el rendimiento cognitivo a través de una batería de evaluación neuropsicológica diseñada para tal fin y que incluyó las principales funciones cognitivas alteradas en la esquizofrenia (atención, velocidad de procesamiento, memoria de trabajo, memoria verbal y funciones ejecutivas). Los principales resultados obtenidos sugieren que la calidad de vida auto y heteropercibida deben ser consideradas como constructos relacionados pero independientes. Respecto a la calidad de vida evaluada por un observador externo, variables como el entorno de residencia (rural/urbano), el diagnóstico, la edad de inicio del trastorno, el funcionamiento global y algunos aspectos del funcionamiento social como la conducta interpersonal y el grado de competencia, emergen como potentes predictores. En cuanto a la calidad de vida subjetiva, la convivencia, así como el funcionamiento social respecto al aislamiento y la conducta interpersonal resultan los aspectos más significativos. En síntesis, en nuestra muestra los aspectos de índole socio-cultural resultan más influyentes en la calidad de vida que otros factores individuales como la psicopatología o el rendimiento cognitivo.