La Catedral de Oviedo 1440-1460. Usos diplomáticos en la administración capitular

Resumen

El estudio de la documentación generada por la escribanía capitular ovetense durante las décadas centrales de la decimoquinta centuria nos permite adentrarnos en un importante fenómeno: el proceso de modernización de una escribanía capitular como consecuencia de la consolidación económica de la institución que la acoge. Esto es particularmente interesante ante la falta de estudios similares, no solamente en el ámbito español sino también a nivel internacional. La escribanía capitular ovetense se convirtió en un estrutura jerarquizada encabezada por un notario que dirige la producción de la mayor parte de la documentación demandada por la asamblea capitular o por sus beneficiados a título individual. Otros notarios y amanuense lo remplazaran ocasionalmente, pero también trabajaran para otras instituciones eclesiásticas. Unos notarios que demostraron una destacada pericia con la pluma, utilizando las diferentes variedades de las escrituras góticas cursivas. Dentro de las diversas modalidades de esta escritura, la más común en su documentación era una cursiva usual, sin los inconvenientes producidos por la velocidad exigida en la cursiva corriente ni los detalles de solemnidad propios de la cursiva formada. No obstante, los profesionales se adaptaron a los requisitos de cada producto, siendo capaces de utilizar una cursiva formada en las partes más solemnes de las expediciones y una cursiva corriente en productos de uso interno como las actas capitulares. Además apreciamos cómo se encontraban en pleno proceso de adaptación de las características de la gótica redonda o cortesana, o cómo eran capaces de utilizar la gótica bastarda para así poder comunicarse con la corte pontificia. Los notarios eran expertos expertos en la confección de soluciones para las necesidades documentales del cabildo catedralicio y sus miembros, crecientes en número y en diversidad. Los notarios no sólo eran capaces de registrar los acuerdos de ámbito interno, sino que, por su condición de escribanos públicos, también podían validar los contratos de naturaleza notarial. Por tanto, ellos dominaba un elevado número de formularios correspondientes a diferentes tipologías jurídicas: aforamientos, permutas, poderes, avenencias¿ El resultado material de esta modernización fue la creación de una arquitectura documental, es decir, un conjunto de instrumentos que cumplían diferentes funciones y que estaban interrelacionados entre sí. La base de esta arquitectura documental son las actas capitulares, donde se asentaban tanto los acuerdos internos como los contratos notariales aprobados por la asamblea colegiada. Además los contratos notariales acordados tanto por la asamblea como por los beneficiados a título individual tenía que ser escritos en registros y los más importantes podía ser expedidos en pública forma. Finalmente, los acuerdos sobre la explotación del patrimonio capitular, aquellos que fueron la causa principal de las estructuras del cabildo catedralicio y su escribanía, fueron objeto de asentamiento en dos productos diferentes descendientes del obituario del libro de regla: el libro de remates de rentas y el libro de aniversarias. Todos estos aspectos son tratados con detenimiento para contribuir al desarrollo del estado del conocimiento en Diplomática Bajomedieval, en los libros de Administración y Gestión, y en la Diplomática Capitular. Además los documentos editados y/o regestados seran decisivos en la reconstrucción histórica del cabildo catedralicio ovetense y de Asturias en el siglo XV, e incluso podrían ser útiles en temas insospechados.