Las transformaciones territoriales y paisajísticas recientes de la comarca de Avilés

  1. Fernández Soto, Manuel
Dirigida por:
  1. Gaspar Fernández Cuesta Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 24 de abril de 2014

Tribunal:
  1. Sergio Tomé Fernández Presidente
  2. Luis Felipe Alonso Teixidor Vocal
Departamento:
  1. Geografía

Tipo: Tesis

Teseo: 362896 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

Avilés es la tercera ciudad asturiana con 84.242 habitantes (año 2009). La aglomeración urbana (Avilés, Corvera y Castrillón) llega a los 123.091 habitantes. La ciudad, encorsetada en un diminuto término municipal (26,81km2) por la pérdida de su alfoz (que se extendía por Corvera, Illas, Castrillón, Carreño y Gozón hasta el comienzo de la industrialización), tras la implantación de ENSIDESA a mediados del s. XX tuvo que saltar a los espacios más llanos del viejo alfoz, que ocupó de forma fragmentaria tanto en la costa (Raíces, Salinas, Piedras Blancas, en Castrillón) como en el interior (Las Vegas, Los Campos, Cancienes, en Corvera). Quizá los rasgos más singulares de la ciudad de Avilés tengan que ver con sus problemas de fragmentación, correlato de claras deficiencias urbanísticas e insuficiente cohesión social. La fragmentación física o espacial es resultado de dos fenómenos: la escasa superficie del municipio actual y la disgregación urbana por crecimiento no suficientemente planificado desde la instalación de ENSIDESA en los años cincuenta. La ¿fabricona¿ siderúrgica reventó las costuras de la tranquila villa histórica. Esta disgregación afecta al propio municipio de Avilés, donde ENSIDESA dio lugar a núcleos desgajados de la ciudad para sus trabajadores (Llaranes y La Luz). Y por supuesto, a los núcleos de crecimiento explosivo asociados a la carretera de Oviedo (AS-17) en Corvera y a la nacional 632 en Castrillón. Como resultado de esta fragmentación se han consolidado importantes barreras físicas que dificultan la integración de las partes y un desarrollo más armónico del conjunto. Es decir, la mala localización, a partir de la ciudad histórica, de las actividades y de las áreas residenciales ha engendrado desajustes que conviene plantear. El puerto, más que las fábricas, cierra de cuajo la salida de la ciudad hacia el N, dificultando la conexión del casco histórico con el mar. El turismo cultural y el turismo estival se afianzarían mutuamente con la salida de la ciudad al mar, a los arenales de Salinas y Xagó, únicos en la Asturias central; el primero por su distinción al haber dado lugar a un núcleo con morfología de ciudad jardín para clases medias-altas y el segundo por haber permanecido en estado natural hasta la actualidad. La expansión de los crecimientos más recientes, cuando la ciudad pierde la cabecera siderúrgica (años 80 y 90), de nuevo de forma súbita, y se estanca, está asociada a las actividades terciarias y se adopta el modelo de la desconcentración productiva y difusión urbana, que lejos de romper la fragmentación, la afianza: las localizaciones de las nuevas áreas comerciales y de ocio (Parque Astur, un centro comercial de última generación, y El Corte Inglés) y algunas de las nuevas áreas residenciales (urbanización Los Balagares, de vivienda unifamiliar aislada, pareada o adosada, con hotel, spa y campo de golf) prefieren el aislamiento en espacios de buena accesibilidad desde las autopistas y rondas exteriores.