La representación de Irlanda en el cine clásico norteamericano

  1. Menéndez Otero, Carlos
Zuzendaria:
  1. José Luis Castro de Paz Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidade de Santiago de Compostela

Fecha de defensa: 2014(e)ko uztaila-(a)k 22

Epaimahaia:
  1. Margarita Ledo Andión Presidentea
  2. Marta Pérez Pereiro Idazkaria
  3. Carmen Ciller Tenreiro Kidea
  4. José Luis Caramés Lage Kidea
  5. José Francisco Cerdán Los Arcos Kidea

Mota: Tesia

Teseo: 368593 DIALNET

Laburpena

A pesar de su pequeño tamaño, la tardía transformación de 26 de sus 32 condados en Estado independiente y la inexistencia de una verdadera infraestructura local de producción audiovisual hasta la década de 1990, Irlanda ha sido un importante referente del cine popular, en especial, el de la primera mitad del siglo XX. La histórica inestabilidad de la isla y, sobre todo, la influencia social, política y cultural de su diáspora en Estados Unidos han sido citados como factores determinantes para esta (sobre)representación, que nosotros estudiamos desde una perspectiva metodológica basada en la alternancia de la consideración del hecho cinematográfico y la del fílmico, y que tiene en los largometrajes de tema irlandés ¿ muy particularmente, The Informer / El delator (1935) y The Quiet Man / El hombre tranquilo (1952) ¿ que dirigió John Ford sus principales estudios de caso. Además de las habituales secciones de introducción, conclusiones y referencias bibliográficas, la tesis doctoral contiene un total de tres capítulos, una breve filmografía seleccionada y un cuadernillo de imágenes. El primer capítulo analiza la representación de Irlanda y los irlandeses en el cine primitivo norteamericano y los años de transición al clasicismo silente, con atención especial a los melodramas históricos que Kalem Film Company produjo on location en Killarney y su radical distanciamiento de los estereotipos cómicos dominantes hasta entonces. A continuación, el texto aborda la paulatina desaparición de Irlanda del cine popular en los años 20, coincidiendo con un largo período de conflicto en la isla y ansiedad asimilacionista en la diáspora. El segundo capítulo, el más extenso del volumen, estudia la representación de Irlanda en la era dorada de Hollywood a través de distintos largometrajes populares y su relación con 1) los modos de producción y géneros canónicos del sistema de estudios, sobre todo, el musical, el melodrama y el cine negro; 2) la pulsión nostálgica que permea la cultura popular norteamericana durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial; 3) la indeleble tensión entre asimilación y diferencia de la comunidad Irish-American; 4) la citada capacidad de influencia social, política y cultural que logra dicha comunidad en estos años, así como su reflejo en la elaboración, imposición a la industria cinematográfica y posterior aplicación estricta del Código de Producción, y 5) la inmensa popularidad de actores (James Cagney, Pat O¿Brien, Spencer Tracy, Bing Crosby, Maureen O¿Hara) y directores (John Ford, Leo McCarey) de origen irlandés y, en general, estrechamente identificados con una visión romántica de la hibernidad. El último capítulo explica de forma sucinta la evolución de la representación fílmica de Irlanda durante las dos décadas posteriores al comienzo del final oficioso del sistema de estudios, en las que conviven largometrajes que ofrecen un positivo retrato folklórico-romántico de la isla y sus habitantes, con otros que, influidos por la cultura popular británica y su tradicional visión fatalista del país vecino, utilizan una estética realista para construir una Irlanda profundamente distópica y habitada por seres irracionales.