La arquitectura de la victoria, la labor de la Dirección General de Regiones Devastadas en Asturias
- ANDRES EGUIBURU, MIRIAM
- María Pilar García Cuetos Directora
Universidad de defensa: Universidad de Oviedo
Fecha de defensa: 09 de julio de 2014
- María Cruz Morales Saro Presidente/a
- Juan Manuel Monterroso Montero Secretario/a
- José Castillo Ruiz Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La guerra civil española dejó tras de sí (además de otras asoladoras consecuencias) un mutilado paisaje arquitectónico, que precisaba de una reconstrucción material efectiva. A este propósito se creó, aún antes de que la contienda tocara a su fin, el Servicio de Regiones Devastadas y Reparaciones, germen del organismo que nos ocupa. Por decreto del 8 de agosto de 1939, este Servicio se consolidó como Dirección General de Regiones Devastadas y se estableció que, no solo se ocuparía de llevar a cabo la reconstrucción del país, sino también de ejercer un total control sobre la misma. Un nuevo decreto del 23 de Septiembre de 1939 estableció la adopción de pueblos por parte del Caudillo. Siguiendo el modelo belga del Service de Regions Devastées, el Estado se hacía cargo del restablecimiento de los servicios básicos de aquellos en los que la destrucción se estimara en más de un 75 %. La realidad de la reconstrucción de estas localidades distó mucho de lo establecido de manera teórica, las dificultades de la reconstrucción eran importantes y el factor propagandístico y legitimador primó, en numerosas ocasiones, sobre la imperiosa necesidad de los habitantes. En el caso asturiano siete fueron los pueblos adoptados: Tarna, Pendones, Las Regueras, Oviedo, Nava, Campo de Caso y Cangas de Onís. Hemos creído conveniente comenzar la contextualización de las intervenciones por los dos grandes núcleos poblacionales de la provincia: Gijón, que pese a no incluirse en el listado contó con reconstrucciones muy reveladoras sobre el modus operandi de la Dirección General de Regiones Devastadas, y Oviedo, de la que por sus excepcionales circunstancias ideológicas, como Ciudad Invicta, Heroica y Mártir, hemos querido realizar una primera aproximación, que profundizaremos de manera monográfica en un trabajo de investigación postdoctoral. Además, hemos incluido en nuestro análisis la pequeña localidad de La Foz, en el concejo de Caso, ya que, aunque no gozó del privilegio de pueblo adoptado, bien es cierto que determinadas circunstancias la asociaron directamente a ellos. La investigación desarollada demuestra un desigual tratamiento en los territorios en función de los valores ideológicos, históricos o productivos que se asociaran a ellos. Mientras que en el concejo de Caso, encontramos en Tarna, Foz y Pendones una ¿reconstrucción a cambio de producción¿, centrada en potenciar una obtención de materias primas ¿muy necesarias y escasas¿, en las capitales de provincia Campo de Caso y Nava, se buscó una presencia inevitable del nuevo gobierno en los órganos de poder de los pueblos, centrándose en la reconstrucción de estos edificios. Si un pueblo adoptado materializó esta búsqueda propagandística fue Cangas de Onís, no solo en su capital, sino también en el enclave de Covadonga, cuna de la Reconquista, en la que Franco encontraba la legitimación de su gesta. Podemos establecer que la labor de la Dirección General de Regiones Devastadas en Asturias transformó su paisaje arquitectónico tangiblemente y conforme a unos valores muy determinados, que deben conocerse para poder valorarse como parte de nuestra propia historia.